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Domingo, un día para no hacer absolutamente nada, pero este no es el caso de la familia Griffin.

Mi madre por las mañanas es muy activa. Quiere hacer limpieza, lavar ropa, ir por el mandado, en sí, quiere andar por todos lados y cuando por fin logré zafarme de esta tortura – ya que lo único que quería hacer era dormir – mi madre me llegó con la sorpresa de que iríamos a una reunión con una vieja amiga de su escuela.

Ella nos había invitado a cenar, yo intenté negarme al ir, pero cuando tu madre se enoja con facilidad no tienes que decirle que no. Saqué de mi armario un pantalón de tela color negro, una playera ligera color rojo y mis tenis negros. Creo que debo de hacer otra maleta para llevármela al internado, todos mis pobres tenis blancos ya estaban más desgastados y aquí en mi casa tengo otros. Si, amo los tenis blancos, ya que los puedo combinar con todo. Deje mi cabello suelto y me maquille como normalmente lo hago. Baje de inmediato antes de que mi mamá me matará por tardarme más de la cuenta.

– Al fin, me hacía viejita sentada aquí.

– Que exagerada eres – ya vi de donde lo saqué.

Caminamos hasta la casa de su amiga. Se encontraba a tres cuadras de la nuestra, por eso preferimos caminar, no nos importaba ir a pie, es más nos encantaba. La casa de su amiga era como la nuestra, algo pequeña pero acogedora. Una señora de la misma edad que mi mamá salió a darnos la bienvenida, entusiasmada corrió hacia mi madre para abrazarla.

– Scarlett ¡Dios, tanto tiempo! – realmente se veía muy feliz al ver a mi madre.

– Kali ¿Cómo estás?

– Muy bien, todo de maravilla ¿Ella es tu hija? – me miro.

– Si Kali, ella es Chelsea – sonreí – Chels, ella es Kali, una de mis amigas de la escuela.

– Hola, un gusto – sonreí, ella me dio un abrazo.

–   El gusto es mío linda, pero pasen por favor, mi hijo también está aquí.

Entramos a la casa, no tenían un diseño tan moderno, digamos que la señora Kali tenía una leve obsesión por las figuras de cerámica, de cualquier cosa.  Su hogar tenia tonos cafés y marrón, no era fan de esos colores, pero se sentía tan calientito que me daban ganas de vivir aquí. Un chico se encontraba en la sala viendo televisión, en cuanto nos escuchó apago la tv y se acercó a saludar.

–   Hola mucho gusto – nos sonrió – Soy Allen.

¿Allen? Aguarda un minuto, ese nombre se me hacía conocido.

–   Mucho gusto Allen, yo soy Scarlett y ella es mi hija Chelsea.

–   Hola – murmure.

–   Chicos si gustan pueden quedarse aquí mientras yo le enseño algo a Scar ¿Vale? – ay no, no quería quedarme a solas con él, pero antes de que pudiera protestar, ellas desaparecieron de nuestra vista.

–   Creo que no hablas mucho – este rio.

–   No, digo – tragué saliva – si hablo, es solo que tu nombre se me hace muy conocido, pero tal vez te estoy confundiendo.

Vuelve a mí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora