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–   Te escucho – murmure.

–   Mis padres trabajaron muy duro para tener todo lo que han logrado. –recargamos nuestros codos en el barandal, nuestra vista era directo al mar – Teníamos una buena vida en Los Ángeles, mis padres crearon su propio bufete de abogados, era pequeño, pero progresaban poco a poco. A mis hermanos y a mí no nos faltaba nada y éramos felices, estudiamos en Rider Hall L.A, nuestros padres nos amaban, nosotros creíamos que lo teníamos todo. Al final, llego Oscar Edwards a nuestras vidas, lo queríamos como a un tío, ayudo a mi padre en muchas cosas, pero también lo destruyó. Mis padres se asociaron con las personas equivocadas, tuvieron ciertos problemas y esas personas nos hicieron daño. Roger, Raquel, Raymond y yo tan solo éramos unos niños cuando todo esto ocurría, no lo sé, entre cinco y ocho años – tomó un respiro – Al pasó del tiempo Oscar traiciono a mis padres en asuntos turbios, en pocas palabras logró estafarlos y quitarles todo lo que construyeron de jóvenes. Estábamos en bancarrota, mi papá estaba destrozado, no soportábamos verlo de esa manera, tanto Roger como yo queríamos ayudarlos en lo que fuera necesario. Chris, mi padre, estaba tratando de mandar a Oscar a la cárcel, no iba a permitir que el siguiera robando millones a su paso, porque era un desgraciado, el se ganaba la confianza de las personas para después traicionarlas – expresó con rabia – No todo fue perfecto, mi padre no pudo resolver nada por su propia cuenta, lo unico que lograba es poner en peligro a mi madre. Oscar estaba molesto, demasiado diría yo, sé había enterado que mi padre reunía pruebas en su contra, así que él fue tras mi madre...– vi como tragó en seco – Oscar...abuso de ella.

–   No puedo creerlo...– susurré con la cabeza baja.

–   No te imaginas el coraje que mi papá llevo por días, no soportaba que ese imbécil tocó a lo más importante de su vida, fue un terrible dolor, porque mi madre quedó traumatizada por varios meses. – tomé su mano – Roger y yo no sabíamos de la situación, mi padre solo nos dijo que le habían hecho daño a mamá y que debíamos de protegerla, cuidarla y amarla mucho – lo miré, sonrió con tristeza – Él no lo pensó ni un segundo más para ir con mi madre y denunciar a ese desgraciado, presentaron las pruebas en su contra y la policía comenzó con la investigación.

–   Randall, esto es...– me callé para que prosiguiera.

–   Mientras la investigación de la policía ocurría, mis padres decidieron que no era seguro quedarnos en Los Ángeles, así que nos mudamos a Nueva Jersey. Ahí estuvimos demasiado tiempo tranquilos, nos trasladaron de internado, hicimos muchos amigos, yo conocí a los chicos – me miró – Todo era perfecto, hasta que Oscar nos siguió – abrí los ojos sorprendida – y traía compañía, conocí a su hija Talía Edwards – cerré los ojos, no es posible – y al hermano de Oscar, Víctor Edwards. A Talía la conocí en Rider Hall, ella era la chica nueva, se hizo popular al instante, no porque haya sido superficial o algo por el estilo, solo que llamaba demasiado la atención con sus cabellos de colores y su extrovertida personalidad. Nos enamoramos con tan solo quince años, nos queríamos y creía que ella me ayudaría a olvidar todos estos problemas. Ella era una chica diferente, muy valiente e inteligente, pero también podrías conocer su otra personalidad – mojo sus labios – una despiadada y manipuladora. Yo no sabia que Oscar era su padre, porque jamás hablábamos de la familia, pero cuando me enteré yo planeaba dejarla. Antes de ese suceso, Roger y yo, siendo los mayores decidimos investigar por nuestra propia cuenta que es lo que tramaba Oscar.

–   ¿No les hizo algo mientras estaban aquí? – el negó.

–   Solo mi hermano y yo sabíamos que Oscar estaba en Nueva Jersey. Mis padres se mantenían tranquilos, porque la policía no hacia su parte y por lo tanto no nos mantenían informados. Un día Roger me dijo que había visto a Óscar por la escuela,  al principio no le creí, pero al final yo también lo veía rondar por el internado, ahí fue cuando supimos que nos había seguido. Así que, investigamos muy a fondo y descubrimos una bodega que era de Oscar, se encontraba algo alejada de la ciudad, pero eso no evitó que cada noche fuéramos a tomar evidencia de aquel local. Ahí mismo fue cuando vi a Talía junto con Oscar y Víctor, me sentí decepcionado, digamos que ¿Cómo debo actuar cuando me entero que la chica que creía que era el amor de mi vida, en realidad es hija de la persona que más nos hizo daño? – asentí – Desde esas noches me enteraba que ella también estaba en ese negocio de las estafas y manipulación. Estaba enojado, demasiado, no podía creerlo, pero a pesar de eso tenía que seguir con el plan, en esa bodega se encontraban demasiadas cosas, tantos papeles falsos, identificaciones falsas y lo más importante, todo el dinero que se estuvo robando al menos en todo ese tiempo que se quedó en Nueva Jersey. Talía ocupaba otro apellido mientras se encontraba en Rider Hall, hasta ese momento dudaba también de su nombre. La traté de dejar, no podía seguir con ella después de todo el sufrimiento que su padre provoco. Ella no soporto que haya terminado nuestra relación, pero a la vez no soportaba que yo tratará de hacer algo en contra de su familia.

Vuelve a mí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora