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(Narra Randall)

–   Adivinen de que me enteré y no son buenas noticias – advirtió Corey.

Todos estábamos sentados en una de las mesas de la cafetería. También estaban Wendy y mi hermana, estas dos estaban preocupadas por la becada, ya que dijeron que no se había presentado a una clase que las tres compartían. Tal vez es demasiado estúpida para perderse en las instalaciones.

–   Corey, eres demasiado chismoso – dijo Brent, a lo que reímos.

–   Ya lo sé, pero esto es importante.– nos aseguró.

–   ¿De qué te enteraste? – rodé los ojos.

–   Hubo un escándalo en la cancha de tenis y los protagonistas fueron Chelsea, Harold y Oliver. – eso no me gustaba.

–   ¿Chelsea? ¿Qué paso? ¿Qué le hicieron? – preguntó Wendy. Dallas me miró con preocupación.

–   Chelsea le fue a reclamar a Harold por el chisme que el esparció, al parecer ella le dio un puñetazo en la cara – quisimos reír – pero la parte mala es que se rumora que Oliver golpeo a Chelsea. – mis puños se cerraron fuertemente.

–   ¿Qué? – exclamaron Wendy y mi hermana. Ellas no sabían que Oliver ya la había golpeado. Los chicos y yo guardamos este secreto para no preocuparlas.

–   No es seguro – comentó, mirando específicamente a mí – otros dicen que nada más la empujo fuertemente, pero nadie cuenta la verdad.

–   Ese idiota está muerto – exclame. – ese maldito se...– me tranquilice quedándome callado.

Oliver no tiene huevos para pegarle a un hombre, pero si lo hace con una mujer. Juro que cuando lo vea le daré su puto merecido, por segunda vez. Y Chelsea, esa niña es más necia que cualquier ser humano en la tierra. Le dije claramente que se alejará de ellos, pero ahí va, a tratar de resolver este problema con los más cabrones de este internado.

–   Tenemos que buscarla Raquel, no debe de estar sola y menos ahora.

–   Si, tienes razón. – estaban dispuestas a levantarse de la mesa.

–   Nosotros las acompañamos – aseguró Brent.

–   Vamos a buscar a tu amorcito Ran – se burló Corey, rieron y gracias al cielo las chicas no escucharon.

–   Que graciosos son – reí sarcásticamente – imbéciles.

Sin decir más yo me dirigí a los jardines más grandes del internado, tal vez podría estar ahí. La mayoría no sabía que había lugares secretos, ya sea para esconderse, para follar en un momento de locura o escaparte de la escuela sin ser visto. Ni siquiera sabía porque estaba haciendo esto, no bueno, si sabía, lo estaba haciendo por Chelsea y para romperle la cara a Oliver. Por estar tan metido en mis pensamientos sentí un ligero golpe en mi pecho. Había chocado con Chelsea y aquí fue cuando me di cuenta de lo distraído que estaba. Ella tenía los ojos rojos – me imagino que de tanto llorar – al igual que su pequeña nariz. La inspeccione y el golpe de su pómulo estaba ligeramente maquillado. Aún no se le curaba totalmente y de ahí en fuera no vi otra herida. Eso no me quito las ganas de ir con Oliver y volverlo a golpear. Ella no dijo nada, solo siguió derecho, pero la detuve sin pensarlo.

Vuelve a mí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora