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¿Cuánto tiempo había pasado?

Ni yo lo sé, pero ya sentía como una eternidad estando sentada en el pasillo esperando a mi querida madre. No quise quedarme en la sala de espera, por la simple razón de que los padres de algunos entraron a hospedarse ahí y a mi me daba un nervio terrible al estar con todo esa gente. Estando en el pasillo sola hizo que varios compañeros se acercaran a mí a pedirme disculpas. Al principio no entendía el por qué, hasta que uno de ellos me lo explicó diciendo que fueron engañados por Oliver y que fueron cómplices de todo esto. ¿Qué podía esperar?

Minutos antes el padre de Oliver se puso furioso, al igual que su madre. La verdad me sorprendí, pues pensé que lo iban a proteger y que le pagarían al director para que no le hicieran nada a su hijito, pero fue todo lo contrario, hicieron que oficialmente lo expulsaran de Rider Hall. Oliver Parker ya no estudiaría aquí a partir de mañana, se iría al extranjero para que aprendiera de sus errores.

Palabras de su padre, no mías.

–   Hola – me sorprendí al ver a Harold a mi lado. Se supone que le gusto y se supone que Randall es el malo, pero ahora es todo lo contrario.

–   ¿Qué quieres?

–   Espero que sepas que yo no tuve nada que ver con lo que Oliver planeo.– suspiró bajando la cabeza.

–   Si lo sé.

–   Que bueno, porque no quería perjudicar nuestra relación.

–   No tenemos ninguna relación y siendo sincera no la quiero nunca, te lo he dicho mil veces. – expliqué mirándolo.

–   ¿Sabes quién le dio la idea a Oliver? – ignoro por completo mis palabras – fue Randall, Corey y todos ellos.

–   Espera ¿Qué? – fruncí el ceño.

–   Si, él escucho a Randall y a sus amigos que hablaban de ustedes, los becados y dijeron algo de...

–   Espera, espera – reí – ¿De verdad crees que me creeré eso? – me levante del suelo – En primera los chicos no soportan a Oliver, ni siquiera a ti. En segunda, por si no te enteraste Randall arriesgo su vida por salvar la mía, así que no voy a permitir que me metas en la cabeza todas tus mentiras.

–   Arriesgo su vida porque se sentía culpable, porque todo eso...

–   ¡Basta! – grité molesta – déjame en paz.

–   Yo solo trato de abrirte los ojos.

–   ¿Qué ocurre? – La voz de Randall fue música para mis odios, volteé y ahí estaban también todos mis amigos. Mi vista se dirigió a Harold, pero este caminaba hasta la salida.

Maldito cobarde.

–   Me estaba molestando – me sentía niña chiquita acusando a Harold – está inventando de que ustedes, le dieron la idea a Oliver del incendio.

–   Es un maldito hijo de perra – expresó Dallas – jamás haríamos algo así.

–   Iré hablar con el – comentó Randall, pero Corey lo detuvo.

Vuelve a mí (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora