Vuelve a mí (Terminada)

08

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(Narra Randall)

Ignore la reacción de mi cuerpo cuando hizo aquella acción. No podía creer que esa chica me pusiera de esa manera, nadie podía hacerlo, solo cuando yo lo permitía. Aunque debo de admitir que llamo mi atención en cuanto la vi. Se nota que es una chica difícil y eso logra persuadirme, no es que me guste, pero una ronda de sexo con la inocente Chelsea no estaría para nada mal. Era el tipo de chica que es delicada, pero a la vez tiene un lado seductor.

La enfermera me hizo volver a la realidad. Me avisaba que mi compañero se encontraba mejor y que lo dejaría ahí para descansar. Me sentí mal por un momento, ya que era nuevo en el equipo de boxeo y le había tocado contra mí y fue inevitable no darle una gran paliza. Salí de la enfermería listo para irme a mi habitación y dormir un poco, mi cuerpo lo necesitaba.

–   ¿Cómo se te ocurre hacer eso?–
Me detuve cuando escuché la voz de Harold. Su habitación está cerca de la mía y siempre mantenían la puerta abierta. No sé porque lo hacían, tal vez son demasiado idiotas para saber cómo se cierra.

–   Nadie me vio y ella me hizo enojar, solo le di su merecido. – ese era Oliver – Nadie llega al salón temprano, ella estaba ahí y no perdí la oportunidad de molestarla – escuché su risa – ¿Y tú? ¿Ya esparciste el rumor?

–   Obviamente – Oliver hizo ruidos raros en forma de festejo – Mi broma a Chelsea es inofensiva. De verdad no puedo creer que tú la hayas golpeado.

¿Qué este imbécil hizo qué?

–   Tampoco es para tanto. Los becados no merecen estar aquí y yo haré lo posible para que esa pobretona se largue de aquí.– apreté fuertemente los puños – Y si tengo que golpearla, lo hare miles de veces.

–   Sabes que ella te va a delatar ¿No?

–   No, no lo hará, la amenace diciendo que si le decía algo a alguien la próxima vez sería mucho peor. – rio con malicia, fue ahí cuando mi sangre hirvió.

–   Creo que te estás pasando Oliver, no queremos que suceda como Jennie.

Antes de que Oliver pudiera hablar, azote la puerta fuertemente. Los idiotas me miraron sorprendidos y a la vez asustados. No me molestaría para nada en manchar mis puños de sangre, otra vez.

–   ¿Tú le hiciste que a Chelsea?

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–   Joder Randall ¿Qué hiciste? –
Entré a mi habitación y desgraciadamente estaban los chicos en ella. Se que la comparto con ellos, pero deseaba estar solo. Y a lo que se refieren es que traía mi playera llena de sangre, solo gotas, obviamente.

–   ¿Ahora con quien te peleaste? – Corey soltó una risa.

–   Con Oliver y Harold – me quité la playera y la lance al cesto de ropa sucia.