Capítulo 16 Palabras del guardián parte 3

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Agradecí la invitación de la señorita Lya, pero la rechacé porque además de mi tarea de velar por su seguridad mi otra misión era hacer que pasara más tiempo a solas con el príncipe Felipe para que pudieran compartir momentos juntos y lograr que se enamoraran, así se podría romper el hechizo. 

Estaba muy consciente de eso, sin embargo, me sentía intranquilo por si les sucedía algo así que llamé a Francisco, el caballero encargado de cuidar del príncipe Felipe, quien se hacía pasar por su hermano mayor con el nombre de Francis Castian para mantenerlo a salvo. Eligieron a Francis porque su padre era un gran caballero que falleció de una enfermedad cuando él era un niño y cuyas increíbles habilidades él había heredado, también por el parecido que tenía con Felipe, sólo que era dos años mayor con la mayor diferencia en sus ojos azules y ligeramente rasgados.

Los seguimos vestidos con ropa oscura y lentes oscuros a unos 20 metros de distancia, nos entrenaron juntos así que éramos un buen equipo. Llegué detrás de la princesa muy temprano, el sol estaba en lo alto, pero parecía siendo invierno no permanecería así por mucho y ella no traía abrigo, así que decidí comprarle una lo suficientemente abrigadora para ella, saliendo de la tienda y sin perderla de vista vi a Francis llegar del lado derecho.

—¿Por qué tan tarde? —pregunté mientras veía al príncipe acercarse a la princesa.

—Se tardó mucho preparándose —respondió cruzándose de brazos.

—Eso es bueno, demuestra que quiere verse bien para ella —comenté mientras la veía mostrar una sonrisa al príncipe.

Me preguntó por la casaca y le dije que la compré por si Lya la necesitaba, repentinamente me recordó que no me enamorara de ella en un sereno tono, me pareció una inesperada intervención, pero dejé muy en claro que yo no lo estaba, tan solo era su caballero escolta y amigo.

—Tú sabes que no rompería las reglas —mencioné mientras nos sentábamos en una de las mesas del patio de comida.

—Solo quiero recordártelo, sé que en algún momento fuiste un candidato para estar con ella y Robin dijo que la reina ha estado pensándolo mucho últimamente —dijo mirando a Felipe y Lya entrar en una heladería.

—Era un bebé y esa fue una confusión, ahora soy su caballero —aclaré volteando a verlo y asintió conforme.

Los esperamos fuera de la heladería y entramos antes que ellos al cine y formé una esfera a nuestro alrededor volviendo invisible nuestra presencia, como no había nadie más aparte de los cuatro Francis creyó que era una buena idea apagar las luces usando su don, la telequinesis, pero cuando lo hizo Lya resbaló y afortunadamente Felipe logró sujetarla a tiempo.

Al salir del centro comercial subimos al auto que Francis dejó estacionado cuando vino con Felipe para seguirlos con discreción, la tarde estaba por acabar cuando cruzaron por un parque de juegos para niños.

Nos quedamos en el auto a una cierta distancia, se veían bien juntos y pude darme cuenta de que realmente fueron destinados a estar el uno con el otro, a estar enamorados. Noté algo muy extraño en un hombre que estaba vendiendo cerca de ellos y se lo comuniqué a Francis.

—Mientras no muestre movimiento sospechosos, esperemos, nos expondríamos si nos acercamos demasiado —tenía razón y asentí estando de acuerdo.

El príncipe y la princesa se acercaron a comprar algo en el puesto del hombre, al regresar la señorita empezó a sentirse mal.

Felipe la cargó porque le era difícil mantenerse en pie, pero luego de un momento se desmayó, el señor se acercó a ellos, se quitó el abrigo junto con el sombrero y fue entonces cuando pude notar que ese hombre era en realidad la Maga disfrazada que se reveló ante la princesa antes de que ella también se desmayara. Francis ya estaba conduciendo velozmente al darse cuenta, pero la Maga los transportó en una especie de humo negro

El Destino De La SeñoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora