14 de Febrero
La conocida festividad celebrada hoy es uno de mis días favoritos en todo el año, aunque no exactamente sólo por ser el día del amor y la amistad.
Había pasado la mayor parte de mi vida sin mantener fuertes vínculos de amistad y mucho menos de amor con personas que no fueran mis familiares, debido a los constantes viajes que realizaba con mi familia por el trabajo de mis padres.
Pasaba cuanto mucho un año y medio en una escuela antes de cambiar a otra, y pasados unos meses luego de eso, no tenía temas de conversación con mis antiguos compañeros que pasaban nuevos recuerdos entre ellos perdiendo de a poco el contacto.
Fue así con la mayoría, sin embargo, hubo una excepción entre ese grupo y este año podría reencontrarme con ella. Una amiga de la primaria con quien sorprendentemente continuaba compartiendo mensajes y era lo suficientemente amable para compartir conmigo todo lo que le pasaba evitando los espacios vacíos e icómodos a pesar de haber dejado de vernos directamente hace varios años.
—¿Ya sabes en qué sección estarás?—preguntó emocionada alejando su rostro de la pantalla para seguir su desayuno.
—Aún no, la verdad... —noté su gorrito con orejas de conejo y ya había soltado una risa sin darme cuenta empezando a cubrir mi risa con la palma de mi mano.
—¿Qué sucede? —preguntó con inocencia buscando detrás de ella la causa de mi risa .
Era muy ingenua y despistada, cuanto mas agitaba la cabeza era más divertido impidiendo que parara hasta que casi tiro el jarrón que sostenía en la mesa y mi celular cayó resbalándose de donde estaba apoyado.
—¡Uy! Que cerca — dijo aliviada al mostrarle el jarrón sano y salvo.
—Tus orejitas me distrajeron —indiqué divertida para que se diera cuenta mientras reacomodaba el teléfono.
—¡Oh! ¿Te gusta? —agachó su cabeza sacudiéndola para darle movimiento —Fue el regalo de navidad de una amiga de mamá, me pareció un poco infantil, pero ... es muy bonito ¿no?
Asentí mientras llenaba con agua el jarrón, por suerte recién empezaba o ya estaría empapada y dejaría de ser una buena mañana.
—Mi mamá ha estado ocupada y aun no me matricula, asi que aún no se en que aula estoy
—Espero que estemos juntas cono antes —sonrió —Bueno, te dejo, mamá me llama
—Mándale mis saludos
—Bieen, nos vemos, sigue con lo tuyo — agitó la mano y la imité antes de cortar la llamada.
Sin dudas hoy era un día especial, uno de los pocos en los que me levanto temprano por mi misma debido a la importante tarea que cumplir.
La razón por la que me encantaba este día eran las flores, siempre las he plantado en todas las casas en las que he vivido, mis padres me dejaban tener un pequeño jardín que, con mucha pena por todo el esfuerzo invertido, siempre terminaba dejando. Aunque asumo les gustaba a los siguientes dueños, bien por ellos espero los cuidaran.
Fui a la parte de atrás donde hacd unos meses había empezado mi nuevo jardín. La base de un buen cuidado, amor, cariño y buena tierra, crecían bellas, con un olor bastante agradable y en esta fecha todos querían obtener un ramo. Empecé a recoger algunas para formar unos lindos, tenía tulipanes, margaritas, azucenas, claveles y... ¿una rosa?
No había plantado rosas aún y lo más raro era que solo era una muy arrinconada y casi sin verse. Una bella rosa de color amarillo salía entre las hojas justo enfrente de mí pero la pasé de largo y entré a casa con las flores que estaban en mis brazos, las coloqué en el jarrón que había llenado de agua y empecé a buscar mis materiales para hacer los ramos.
Empecé a armarlos, de acuerdo a como me lo habían solicitado los vecinos a quienes comuniqué de mi negocio, juntando bellas flores. Noté que en una de mis anotaciones con los pedidos solicitaban necesariamente algo de tono amarillo, supongo que significaba algo para la pareja, así que regresé al jardín para buscar la mejor recordando la rosa que había visto antes. Me dirigí a cortarla, pero atada a ella encontré una nota que decía:
"Una única y bella rosa para una única y bella persona"
Y al reverso escrito con tinta dorada.
"Tu guardián"
Las palabras sonaban demasiado cursis para mi gusto y de hecho fue algo escalofriante que llegara de la nada, por si acaso miré alrededor, pero no había señal de que alguien que no fueran los miembros de la casa hubieran entrado.
No conocía a ninguna persona que se llamara así mismo "guardián" por lo que empecé a preguntarme quién podía ser el que me lo había escrito, ya que recientemente llegaba a la ciudad supuse que tal vez la nota sería de alguien que intentaba hacer una broma y que solo podía manifestar algo así por escrito.
Llegué a una rápida conclusión teniendo en mente a una sola persona.
Mi padre.
Me causó gracia imaginarlo escribiendo algo así y la ayuda que debió pedir a mi madre provocando que riera en silencio.
Había cortado la rosa para utilizarla, pero luego de pasar tanto tiempo admirándola al final no podía hacerlo por la sensacion que era muy especial, por ello la coloqué en un florero que encontré en mi habitación y la dejé al lado de la ventana en mi estudio de música ya que sinceramente puede que pasara más tiempo allí que en mi habitación.
Casi terminaba de formar los ramos justo cuando mis padres bajaban por la escalera.
—Buenos días —saludaron al mismo tiempo.
—Buenos días —saludé girando mi cabeza y poniéndome de pie con el primer ramo que había preparado en mano —¡Feliz día de San Valentín! —extendí mis manos con el ramo a mamá y a papá antes de que llegaran a la cocina.
Mamá sonrió tomando el ramo y acercándome hacia ella para abrazarme —Muchas gracias, quedó muy bien—lo acercó a la nariz de papá.
—El jardín va quedando muy bien —felicitó él revoloteando mi cabello ligeramente con su mano.
—¿Verdad? Es un buen espacio, lo seguiré de a pocos para que quede bien.
—Si apruebas el primer semestre te compraré más semillas —dijo papá.
—¿No crees que deberia estar matriculada primero? —cuestioné cruzando los brazos con gracia.
—¿Crees que te dejaríamos sin estudiar? Serán clases durante toda la mañana y por la tarde las extras de siempre ¡promesa!—expresó mamá con energía.
Laz clases extra, podrían describirse como más complicadas que las clases comunes y estaba muy segura que nadie más las tenía del mismo tipo poco usual que yo porque le pregunté a cada compañero que tuve.
Tal vez hablé de más o no comprendió mi humor, pero iria mal si continiaba —Bueno, bueno, hablemos luego sobre las clases extra, iré a hacer las entregas, regreso en un rato —salí besando sus mejillas para que olvidaran el tema.
—Ten cuidado, vuelve antes de las diez y no pelees con nadie por dinero hoy.
Asentí y giré em dirección a la puerta, pero me detuve —¡Oh! Por cierto, gracias por la rosa —sonreí antes de seguir rápido viendo a penas sus miradas confundidas por descubrirlos y salir tomando los otros ramos de la mesa.
Los coloqué en la cesta de mi bicicleta y subí para empezar a entregarlos a mis vecinos, tocando el timbre y felicitándolos con una sonrisa, no sin antes claro obtener el dinero por el esfuerzo.
Ya conocía a la mayoria de la calle, excepto a los casa de al lado porque nadie vivía allí aún, aunque sabía que iban a mudarse pronto porque tenía un cartel de VENDIDO clavado en el jardín.
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El Destino De La Señorita
Fantasy¿Logrará vencer el destino que le espera? Justo antes de su cumpleaños, un día de primavera. Al iniciar la preparatoria se espera que exista amor, amistad y anécdotas en la rutina. Para Lya un hechizo que no sabe que posee podrá cambiar sus planes y...