Al abrir la puerta sin avisar, una de las doncellas que estaba de espaldas a esta cayó hacia adelante abrazando el torso del joven Henry para no caer. Ella parecía demasiado cómoda a pesar de que el él lucía más como un poste sin siquiera extender los brazos para sostenerla lo que añadía más lo extraño a la escena.
—¿Joven Henry?
—¿Qué haces? ¡Suéltalo ya! —otra de las doncellas mayores tomó a la chica de los hombros separándola rápidamente del joven Henry, quien no mostró mayor reacción que arreglar sutilmente su suéter.
—Cuanto lo siento joven señor y señorita, por favor perdonen mi falta —ella inclinó su torso hacia adelante comenzando a avergonzarse.
Argumentando que solo fue un accidente, acepté sus disculpas sin mayor problema al igual que el joven Henry con un leve asentimiento. Luego de eso él siguió caminando por el pasillo como si nada hubiera pasado.
—Espere, joven Henry —hablé desde la puerta, él detuvo su paso girando para hablar frente a frente —¿Usted no quería entrar?
—Señorita, el joven... —la doncella se guardó sus palabras como si alguien le impidiera hablar o considerarse a sí misma inoportuna y volvió a la correcta postura con la cabeza un poco inclinada hacia abajo.
—La vista al jardín desde aquí es muy buena, no debería perdérsela. Además, no he tenido oportunidad de verlo desde hace un par de semanas —fue mi argumento para hablar un poco con él e intentar resolver mis preguntas.
Tomó su tiempo en responder —¿No va a molestarte mi presencia?
—Ni siquiera sabe lo que estaba haciendo —fue una respuesta veloz que ni siquiera tuve que pensar mucho, tanto que casi olvido que tres doncellas estaban escuchándonos —El joven Henry puede pasar si quiere —les dije a las doncellas que habían evitado su paso antes de ingresar nuevamente a la habitación.
Tomé asiento para continuar con mi lectura, escuché unos pasos viéndolo de reojo acercarse y quedarse de pie cerca del librero delante de mí, levanté la mirada viéndolo tomar un libro y acercarse al escritorio. Pasaron unos minutos, de veras no les gustaba los silencios incómodos.
—Entonces, ¿cómo llegaste hasta aquí? —preguntó al no llegar a concentrarse en sus asuntos.
—Estaba en un salón en el otro edificio, pero no pude concentrarme en leer porque estaba muy silencioso y decidí salir, entonces descubrí al vicecapitán vigilando la puerta lo que me disgustó y le pedí que dejara de hacerlo, aunque creo que lo regañé un poco de paso. Llegué al jardín de enfrente y vi la ventana de este salón desde allí así que vine porque creía que la vista era buena y estaba en lo correcto —expliqué brevemente finalizando con una sonrisa —¿Usted cómo llegó? No sabía que estaba aquí.
—Alicia dijo que podía usar esta habitación para realizar los documentos de mi trabajo, vengo siempre a esta hora.
—¿Usted en qué trabaja? —pregunté curiosa al desconocer la función de los hijos de nobles en Cramwer.
—Tengo que administrar algunas cosas, no es algo que te interese mucho.
—¿No debe interesarme? Después de todo el marquesado de Bennet pertenece al reino de Taurel al cual voy a dirigir en unos meses, sé que los marquesados son en parte independientes, pero sé que de todas maneras requieren aprobación para corroborar que la cantidad de impuestos es el correcto, claro, no crea que dudo de sus habilidades financieras, sin embargo, es necesario.
Observé su rostro pausado y ladee la cabeza ante tan inusual reacción, parpadeo varias veces para volver en sí mismo aclarándose la garganta —Son de prueba, el marqués me envía estos casos para medir mis habilidades y saber que tan capacitado estoy.
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El Destino De La Señorita
Fantasía¿Logrará vencer el destino que le espera? Justo antes de su cumpleaños, un día de primavera. Al iniciar la preparatoria se espera que exista amor, amistad y anécdotas en la rutina. Para Lya un hechizo que no sabe que posee podrá cambiar sus planes y...