Capítulo 54 Nuevos aires

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—Este lugar es grandioso ¿no?

—Es agradable —respondió Todd, aunque realmente yo estaba hablándole a Florence.

Según él ya estábamos cerca y cambiamos la velocidad a un paso más lento. Había sido un largo recorrido que confirmé hubiera tardado horas de no ser por los caballos, ellos avanzaban con naturalidad como si conocieran el camino y sin necesidad de guiarlos se detuvieron antes de cruzar un pequeño arroyo.

—Todd ¿es aquí?

Él bajó de su caballo avanzando con lentitud y ambos brazos hacia adelante, unos metros adelante volteó su cabeza hacia atrás para mirarnos formando una sonrisa y luego de dar unos pasos... ¡desapareció!

—¿Todd? —bajé de Florence rápido sin soltar su correa, ni ella ni Dorio estaban alterados por lo que permanecí esperando unos segundos su regreso —¿Será por aquí? —caminé por donde Todd lo había hecho antes.

—Vamos Lya —volvió a aparecer para ir a tomar la correa de Dorio. Lo seguí unos pasos, pero detuve el avance de Florence al estar confundida por lo que sucedía.

—¿Qué es exactamente este lugar? —pregunté intrigada antes de atravesar lo que fuera eso.

—No puedes practicar magia en lugares cerrados, pero tampoco en lugares donde puedas ser fácilmente visto —explicó tranquilamente —Este es el único lugar que cumple con ambos criterios y se debe a su barrera natural con pocos accesos para ingresar.

—Entonces el bosque en adelante....

—Es como se ve cruzando el campo de entrenamiento, si alguien continúa caminando por aquí aparece del otro extremo a unos 10km, mientras que, si cruza por el acceso entrara al lugar de entrenamiento —detalló con confianza para que dejara de dudar.

—Bien, entiendo —asentí repetidas veces —¿Lista? —pregunté a Florence quien caminando a mi lado y estaba apresurada por cruzar —Entonces, vamos.

Levanté mi mano tanteando hacia adelante y al cruzar observé el gran campo abierto con los hechiceros esperándonos.

Todd llevó a Florence y Dorio a que bebieran y comieran un poco por el largo camino.

—Bienvenida al campo de entrenamiento de magia, alteza —presentó el lugar la señora Glein.

Los saludé con un abrazo a cada uno antes de compartirles mi primera impresión —Vaya, jamás... de veras nunca creía estar en un lugar así.

—Fue descubierto hace varios siglos y desde su bisabuelo se usa para entrenar la magia de los herederos de Taurel —mencionó el señor Glein disponiéndose a avanzar más allá de la entrada.

—Disculpen, antes de ir ¿podría...

—Por supuesto —asintieron permitiéndome ser infantil por unos minutos.

Volví a salir y entrar un par de veces más para convencerme del todo de lo que pasaba —¡Es genial! —exclamé emocionada por tal evidencia de magia y ellos sonrieron por mis expresiones.

Florence y Dorio estuvieron descansando bajo techo en el establo de la entrada mientras los cuatro hablábamos dentro de la cabaña de al lado.

—Alteza, sus poderes estuvieron inactivos hasta hace poco para que pudiera mezclarse entre los demás, por eso primero tendrá que adecuarse a ellos y conocer lo que es ser una persona llena de magia.

Colocaron un par de libros sobre la mesa.

—Debe leerlos y entender cada concepto antes de llegar a la práctica —indicó manteniéndose de pie.

El Destino De La SeñoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora