Capítulo 37 Señorita

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Escuché el susurro, pero al mirar alrededor claramente no había nadie por lo que terminé de guardar algunas cosas y tomé mi mochila.

—Lya ¿sigues aquí? —saludó Harold sorprendido al verme desde el marco de la puerta, al ser uno de los últimos en quedarse también había dejado su mochila en el aula.

—Harold —saludé.

—Vamos Lya te dije que podías llamarme por mi segundo nombre —sonreí y tomé su mochila para ahorrarle camino avanzando hacia él.

—A mí me gusta mucho el primero.

—¿En serio? —preguntó poniéndosela y avanzando hacia la salida —Creo que eres la única, la mayoría me suele llamar Tayler, dicen que suena mejor.

—Bueno si también lo piensas te llamaré así, pero Tayler, no estaría mal que te llamaran por tu primer nombre.

—Suena un poco extraño ahora que lo dices tú —se quedó pensando —De acuerdo, aceptaré que sólo tú me llames Harold —agregó y respondí asintiendo.

Continuamos hablando sobre su mejora en la puntería, esencial en casi todos los deportes y su mayor debilidad, dándole algunos consejos para que practicara en vacaciones, sus ojos color miel que solían ser bastante reservados cuando lo conocí ahora eran como unas ventanas abiertas mostrando con claridad todo lo que sentía y me mantenían confiada alentándolo a que siguiera mejorando.

—Lya...  Todd se quedó ayudando aunque ya estaban por terminar —fue entonces que me di cuenta que ya estábamos a puertas de salir de la escuela.

—Entonces no debe de tardar, esperaré aquí.

—De acuerdo, ten buenas vacaciones —dijo despidiéndose antes de cruzar la puerta.

—Igual para ti.

Me quedé esperando observando hacia adentro mientras otros se retiraban, no pasaron ni siquiera 5 minutos desde que me despedí de Harold.

—¡¿QUÉ TE PASA TORPE?! —escuché gritar muy fuerte desde afuera y salí de inmediato preocupada por si se dirigían a Harold.

Él no era a quien se dirigían esas palabras al estar lejos del lugar donde observé a dos estudiantes con aspecto de ser de último año a punto de iniciar una pelea, habían más personas alrededor, pero no parecían tener intención de intervenir. Me acerqué a Harold que también se había detenido a observarlos.

—¡¿CÓMO TE ATREVES A TOCAR A MI NOVIA?!—gritó el de camisa amarilla que tomaba de la chaqueta al otro.

—Calma, por favor no pasó nada sabes que somos amigos —decía una chica también de último año actuando de intermediaria.

El chico con la chaqueta de la escuela se mantenía en silencio desviando una mirada culpable.

—¿Qué sucedió? —le pregunté a Harold.

Me contó que el chico de chaqueta verde luego de observar su teléfono se mantuvo hablando con la chica quien se le acercó a abrazarlo y fue cuando llegó quien parecía ser su novio 

—Hay que hacer algo, si continúan pueden llegar a los golpes —dije observando a su dirección.

—Tienes razón, ve a llamar al director me encargaré que no pase a mayores —dijo dejando caer su mochila a mi lado. Intenté detenerlo por considerar peligroso intervenir físicamente como él planeaba, pero no tuve éxito.

Me acerqué con rapidez a Katie quien se encontraba viendo también a Harold intervenir, lucía preocupada así que le dije que fuera a llamar al director aceptando sin dudar y yendo con velocidad.

El Destino De La SeñoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora