Capítulo 38 Vacaciones

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—¿Tiro con arco?

—Sí, ese es su nombre, usando el arco debes dar impulso a la flecha y dar en el blanco de la diana explicó observando a Vivian quien estaba practicando junto a mamá.

—La flecha en la diana, ¿usted también sabe?

Asintió —Yo le enseñé a tu madre y a Vivian —abrí los ojos impresionada justo cuando Vivian daba en el blanco.

—Impresionante abuela, parece algo difícil —comenté.

—Bueno no podrías saberlo hasta intentarlo —dijo observándome —Dime Lya, ¿Te gustaría intentarlo? — preguntó la abuela caminando tomadas de la mano.

—Sería divertido—asentí enérgica, acababa de cumplir ocho años —Aunque también podría  practicar con Vasko.

Las clases finalizaron dos semanas antes de Navidad y las preparaciones para esa fecha tan importante ya se encontraban en la mente de cada familia del vecindario como lo evidenciaban las decoraciones colocadas con dedicación en todas las casas, incluida la nuestra. Este año al igual que los anteriores mis abuelos llegarían para pasarlo juntos en familia y Vivian fue la encargada de ir por ellos para acompañarlos en el viaje hasta casa.

Su visita alegró el ambiente, mi abuela era una dama por de más elegante y tradicional, mi abuelo un caballero amable y lleno de frases sabias, una pareja realmente amable y cariñosa aunque no siempre hallan sido de esa manera.

Mis abuelos no se conocieron hasta días antes de su boda, sus familias no eran tan poderosas o con abundante dinero en aquella época, pero podían gozar de ciertos lujos aunque el matrimonio por amor no era uno de ellos a pesar de ya estar modernizándose la situación.

Me parece extraño el contexto en el que se casaron ya que realizando sencillos cálculos al tener ella 65 y mi abuelo 68 años y llevar 46 largos años de matrimonio, a mi me parece que fueron muy jóvenes,  pero bueno, se concluye que enlazaron sus vidas en 1974 para aquel entonces uno ya podía decidir con quien casarse libremente, pero su historia parece estar más ambientada un par de siglos atrás.

Aunque ese lindo relato será para otro momento.

Nos saludaron con especial ternura a mi hermano y a mí, al igual supongo fue con mi hermana y luego de un gran abrazo a mis padres los ayudé a llevar su equipaje aunque intentaron evitarlo, pero ser testaruda era parte de mis cualidades.

Los días pasaron, algunos fueron tranquilos y otros más animados,. Todos a excepción de mi padre y mi abuelo quienes se quedaban hablando dentro de casa íbamos al jardín, mi abuela era fantástica con el arco y la flecha,  a pesar de su edad no se notaba que su habilidad hubiera disminuido manteniendo la firmeza en su brazo. Mi madre quien había aprendido de ella era igual de buena y nos había enseñado desde pequeños, a partir de los  8 años, llevando ya mis hermanos 15 años y yo 8 siendo este un tiempo apropiado para formar un buen arquero.

Deseaba practicar un poco más junto a la abuela así que días antes le había pedido a mi madre un tiempo libre de mis estudios, aunque ella prefería que solo lo practicara en la escuela, esa vez accedió.

Compraron el pavo un día antes, se veía tan grande y glamuroso ya cocinado que me dejó asombrada pidiendo intensamente una porción extra causando sus risas.

—Parece que la pequeña Lya tiene mucha hambre hoy —comentó mi abuelo luego de reírse.

—Ya no soy tan pequeña, abuelo.

—Entonces ¿no quieres? Iba a ser una recompensa por mejorar tu puntería.

—Soy la nieta más pequeña abuelo, ¿me das un poco? —pregunté con la mayor ternura posible para que accediera.

El Destino De La SeñoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora