Mi plan era bastante sencillo el campo de fuerza que creaba no solo servía de protección sino que era tan fuerte que también podía separar lo que estaba dentro de lo que estaba afuera de él.
Primero lo utilizé para romper las esposas eso no me costó mucho trabajo porque era una esfera pequeña, pero para hacer una de este tipo en la que cupiera todo mi cuerpo tuve que concentrarme profundamente y concentré toda mi energía en la esfera que se formó.
Esta vez fue de color azul brillante y casi sin darme cuenta ya estaba en la habitación de abajo cayendo de pie pero en unos segundos mis rodillas golpearon el suelo.
Reuní la poca fuerza que me quedaba y salí dificilmente por la ventana, avancé cojeando unos metros, luego ya no pude mover más las piernas y continué avanzando arrastrándome de a pocos, voltee la cabeza hacia la casa y logré ver a la maga en la ventana del segundo piso mirándome y saludando con la mano para luego desaparecer de allí.
Intenté apresurarme, pero estaba demasiado ďébil por lo que no aumenté casi nada mi velocidad, me encontraba ya a unos 30 metros de la casa cuando ví que un auto azul se acercaba a gran velocidad. Me sentí aliviado de que Francis regresara por mí, me detuve y esperé a que llegara, estaba muy cansado casi por desmayarme y ví salir una silueta del auto.
—Francis —pronuncié cansado cerrando los ojos.
Su respuesta fue un golpe en la mejilla para que reaccione.
—Todd, Todd... soy Alicia.
Mi vista se aclaró y ví a Alicia arrodillada con su mano en mi mejilla.
—Vámonos rápido —pronunció ayudándome a levantarme hasta meterme en el asiento de atrás del auto y ponerme el cinturón. Antes de empezar a conducir me pidió que descansara, pero yo no quería dormirme, ella podía necesitarme —Por favor descansa —pidió mirándome a los ojos y me dormí.
Desperté tiempo después casi recuperado —Creí que ya no harías esto.
Alicia me miró por el espejo y preguntó —¿Te encuentras mejor? — asentí con la cabeza —Perdona por usar mi magia contigo —dijo apenada.
—No te disculpes, solo no lo esperaba, hiciste lo correcto —dije con una sonrisa y ella sonrió, noté también que ya era de noche.
—¿Cómo fue que me encontraste? —pregunté pasando al asiente del copiloto.
—Francis me llamó para que fuera por ti cuando él estaba con la princesa Limber y el príncipe Felipe—respondió —Me envió la dirección y vine enseguida, yo... me preocupé por tí
—Muchas gracias... por venir por mí—le dije mostrándole una sonrisa —¿Cómo está ella? —pregunté recostando mi cabeza en el espaldar.
—Ambos están bien, ella usó sus poderes para curar a Felipe y borraron su memoria esa noche —comentó soltando el volante sin que el auto se desviara, soltó un suspiro —Eso fue hace un día.
—¡¿Un día?! —exclamé sorprendido.
—Estuviste allí todo un día, la Maga usó sus poderes para ocultar el lugar —informó —Tu madre hizo un hechizo y recién hoy pude encontrarte —continuó.
Deduje que posiblemente nos encerró en una burbuja de tiempo para que me pareciera más rápido todo. El auto se detuvo frente a la casa de Alicia y ella salió rápidamente debido a que estaba siendo conducido a control remoto por su padre un ingeniero adelantado a su época que ahora resultaba muy hábil en la tecnología, ambos me ayudaron a caminar.
Al entrar, Alicia sacó una botella alcohol y vendas —¿Para qué es eso?—pregunté.
—Para tu brazo —respondió sentándose a mi lado, no me había dado cuenta hasta ese momento que tenía pedazos de cristal incrustados tal vez al momento de salir o caer por la ventana.
—Estoy bien —manifesté tranquilo alejando sus manos, ella desvió la mirada, asintió y se puso de pie.
—De acuerdo, entonces .... ¡Atrápala!—lanzó una esfera que había tomado hacia mí, por mis reflejos traté de atraparla, pero sentí un terrible dolor en el brazo, no pude y me di cuenta que la tenía atado a su mano por un hilo haciendo que regresara hacia ella. —Estás herido —afirmó dejando la esfera en la mesa y volviendo a sentarse junto a mí.
—No puedo ocultartelo —confese poniéndome de lado y quitándome la casaca, Alicia tomó unas pinzas y empezó a sacar los vidrios provocándone un ligero dolor.
—Sé que duele, pero quédate quieto por favor —pidió con amabilidad mirándome, yo desvié la mirada algo adolorido —No volveré a usar mi magia en ti, puedes estar tranquilo —manifestó un poco dolida.
—Eso no me preocupa —le aclaré con calma.
—No me gusta usarlos contigo —dijo ahora vendándome el brazo —Ya terminé —agregó segundos después.
—Muchas gracias Alice —dije volviendo a ponerme la casaca, al verla estaba muy sonriente.
—Hace mucho que no escuchaba mi antiguo nombre —confesó con tranquilidad —Gracias por eso.
—Yo debo agradecerte a ti —le dije y volteó a verme.
—Siempre estaré cuando tú o Francis me necesiten —su mirada brillaba de honestidad, me levanté y le pregunté por el príncipe Henry que se ocultaba como su hermano adoptivo porque sus padres habían fallecido y Alicia era su guardiana.
Me dijo que estaba en su habitación así que subí a hablar con él, tenía nuestra misma edad y además de Francis era el único chico que conocía sobre el hechizo de Lya, además me pedía que lo entrenara para no depender tanto de Alicia.
—No la subestimes, es la mejor guardiana que conozco —le decía, pero no cambiaba su idea.
Me quedé allí hasta el día siguiente porque mis padres querían que volviera cuando me recuperara por completo.
El lunes empecé el colegio, pero me desperté algo tarde.
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El Destino De La Señorita
Fantasy¿Logrará vencer el destino que le espera? Justo antes de su cumpleaños, un día de primavera. Al iniciar la preparatoria se espera que exista amor, amistad y anécdotas en la rutina. Para Lya un hechizo que no sabe que posee podrá cambiar sus planes y...