Capítulo 41 Conexiones

13 2 5
                                    

Todd se encontraba de pie con los brazos extendidos hacia nosotros, pero ya no era momento para sorprenderse.

—Sí, estamos....¡Joven Henry! —se desmayó, lo sujeté lo más fuerte que pude cayendo ambos arrodillados al suelo y pasé su brazo por detrás de mi cuello para darle apoyo.

—Lya —me llamó Alicia apareciendo en mi campo de visión —Yo me encargo —agregó dando apoyo al joven Henry de la misma manera.

—Alice debemos irnos —al voltear vi que era el joven Francis quien pronunciaba esas palabras —Señorita Lya, sé que debe estar confundida, pero por favor que no la asuste ni le altere lo que voy a hacer —me dijo arrodillándose para estar a mi altura.

—No se preocupe por mí y haga lo necesario para salir ahora, Celeste... no es ella misma —respondí de inmediato y asintió sujetando la manga de mi chaqueta para luego ponerse de pie y tocar el hombro de Todd.

Se sintió muy extraño provocándome una dificultad para respirar y mareos ligeros que nublaron mi vista, al ver con mayor claridad reconocí que estábamos en mi casa siendo recibidos por mis padres, los de Todd y Alice.

—Llévenlo al... cuarto de huéspedes... necesita... descansar —pedí agitada.

—Lo haremos, pero primero debemos llevarla a su cuarto —no tenía fuerzas para discutir ese curioso trato por lo que atendí a asentir.

—Respira despacio Lya —dijo mi hermano mientras me cargaba en sus brazos sosteniéndome de él hasta llegar a la cama donde descansé profundamente.

Desperté, al ver que aun era oscuro y ver el reloj al lado de mi cama era claro que era muy temprano, pero ya no me sentía cansada y no me atraía la idea de seguir durmiendo como en otras ocasiones, mi mente estaba súper confundida por lo que había presenciado ayer.

¿Acaso había sido otro de esos sueños extraños? 

Por supuesto que no, además de sentirse diferente para ser un sueño encontré recordaba todo con nitidez. De todas maneras era poco creíble y me quedé debatiendo sentada en la cama buscando respuestas por mí misma, pero no llegué a ninguna conclusión  y en su lugar me puse de pie para averiguarlo, ver al joven Henry podría otorgarme más respuestas. Caminé despacio para no despertar a nadie hasta el cuarto de huéspedes donde se encontraba, pero detuve mi mano en la perilla al escucharlo hablando con Todd.

—Excelencia.

—Por favor, hace mucho que dejamos las formalidades.

—Si te sigues desmayando así es posible que debas mejorar tu resistencia un poco.

—Fue por la piedra, de no haberla utilizado, ahora estaría bien —dijo serio —¿Cómo está ella?

—Bien, aunque te sorprenda tiene una mayor resistencia que tú —bromeó Todd, luego dió un gran suspiro y continuó —Henry, lo lamentamos mucho, ninguno de nosotros notó su esencia mágica hasta ahora, de haberlo sabido hubiéramos protegido mejor a la princesa.

—Tal vez debería agradecerle a mis padres el haber convivido junto a esa Maga, todavía no logro borrar esa inquietante sensación.

—Será mejor no pensar en eso.

—Al contrario, deberían pensar en eso y decírselo lo más pronto posible, se protegerá mejor a sí misma cuando conozca la situación.

—Sabes que hace mucho quiero decirle, ocultárselo es difícil, pero podría ser muy chocante para ella, saber de un día para otro que es una princesa...

No seguí escuchando, regresé con velocidad a mi habitación cerrando la puerta tras de mí.

¿Qué estaba ocurriendo? ¿Una princesa? ¿Yo? ¿Escuché mal? ¿Cuántas palabras podrían confundirse con princesa?

El Destino De La SeñoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora