Capitulo 12 Un lindo momento

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Felipe estaba usando unos jeans negros con zapatillas del mismo color, una chaqueta gris encima de una camisa roja desabotonada y un polo blanco.

—Salí a buscarte —mencionó con una sonrisa —¿Llegaste hace mucho?

—Acabo de entrar y salir —respondí con neutralidad, entramos juntos y fuimos directo a la boletería a comprar las entradas, estaba por sacar el dinero de mi cartera, pero extendió el brazo para detenerme —Descuida, pagaré yo— dijo sonriendo y sin dejar de mirarme.

Pagó con un billete de 20$ recibiendo el vuelto en segundos.

 La película como lo indicaba el boleto iniciaba hasta las 4:30pm, viendo en mi reloj que aun eran las 3:30pm—. Podemos ir por el helado ahora —sugerí muy gentilmente.

—Es una gran idea —comentó sin dejar de sonreír.

Su sonrisa no era tan incómoda,  se notaba bastante natural, sin embargo, era más continua de lo habitual lo que me hacía pensar que le dolerían las mejillas más tarde.

Caminamos hasta una heladería que visitaba seguida "Delicius Icecream" que es hasta el momento la única que contaba con un helado libre de azúcar de variados sabores. Pedí de ese tipo sabor a chocolate, mientras Felipe uno igual de sabor menta además de un jugo surtido para él y una botella de agua mineral para mí. Un par de minutos después llegó la señora con todo lo pedido.

—Que lo disfruten—dijo sonriente dispuesta a dejar lo pedido.

Noté que le estaba doliendo el brazo por la bandeja, así que me puse de pie y tomé un lado mientras Felipe al mismo tiempo el otro.

—¡Oh, cielos! —exclamó sobando su brazo, había tenido un calambre en el brazo.

Felipe tomó la bandeja y yo pasé lo pedido a nuestra mesa, al terminar se la devolvimos —Muchas gracias, que lindos —comentó con dulce inocencia, miré a Felipe algo avergonzada por el comentario y él sólo atendió a sonreír negando con la cabeza.

—¿Se siente mejor? —pregunté aún de pie.

—A veces pasa porque hay muchos clientes por la mañana, mi nuera empezó a hacerme masajes y ya no son tan frecuentes.

—Una toalla caliente también sería de ayuda —sugirió Felipe ya sentado.

Ella asintió con algo de pena por causar preocupación—¿Les traigo algo más?

Felipe se quitó la cámara fotográfica que tenía en el cuello y la extendió hacia la señora. —¿Podría tomarnos una fotografía? —le preguntó.

—Claro —contestó ella dejando la bandeja y tomando la cámara —Acérquense un poco y sonrían, 1; 2...

Me senté apoyando mis manos sobre la mesa, Felipe se acercó y accidentalmente hizo que nuestros dedos chocaran, voltee a verlo, estaba algo incómodo, pero mirando a la cámara así que giré mi vista de igual modo.

—3 —y salió el flash lo que hizo que su mano se alejara —Salieron lindos, ojalá tuviera un novio como él, señorita —comentó con igual dulzura devolviendo la cámara a Felipe quisimos contradecirla, pero ya se había ido quedando solo como un momento incómodo. Él inició una conversación sobre lo que nos gustaba, éramos amigos pero resultó que no sabíamos mucho del otro.

El Destino De La SeñoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora