A la mañana siguiente, Vivian y la señora Emily fueron quienes me despertaron corriendo las cortinas y abriendo las ventanas de la habitación.
Les había pedido que de no poder despertarme sola temprano lo hicieran, pero cuando encendí mi celular no pude evitar pensar que habían exagerado.
—¡Son las 7am! —me sumergí nuevamente dentro de las mantas —Quince minutos mas cuanto mucho —pedí con los ojos cerrados.
—Su alteza, por favor ya es hora de levantarse.
—Lya estás actuando como una niña.
—La psicología inversa no funcionará, Vivian tan solo un rato más ¿sí? —el silencio invadió la habitación, no podían irse con tanto sigilo, entonces tal vez —¡Ah!
Caí rodando de la cama terminando con la mirada al techo, no toqué directamente el suelo al estar sobre varias capas de colchas colocadas previamente.
—¡Señorita Vivian! —la señora Emily estaba sorprendida, y quien la culpa.
—Un dato sobre su alteza señora Emily —rodeó la cama para quedar frente a mí y ayudar a ponerme de pie —No importa cuantas veces repita que la dejen dormir un poco más, si te comprometiste a levantarla a una determinada hora hazlo, o sino estará molesta contigo durante todo el día —ella me conocía lo suficientemente bien.
Solté un largo suspiro —Bueno, ya desperté —dije realizando unos estiramientos de mis brazos y piernas —Lamento si soy muy complicada señora Emily —me disculpé con quien pasaría la mayor parte del tiempo dentro del palacio por mis hábitos incómodos.
—Descuide, su alteza, no es la primera miembro de la familia real con quien trato —dijo con amabilidad y mucha serenidad.
Cambié mi pijama por el uniforme azul marino para pasar desapercibida entre las demás doncellas y bajé a desayunar. Todd estaría toda la mañana con Vasko, quien le presentaría a los integrantes de la guardia para poder tener una buena relación de compañeros.
Mamá y la duquesa ya se encontraban allí y las saludé mencionando el buen clima de hoy, soleado con ligeras brisas que refrescaban el ambiente.
Terminando, salimos a pasear por uno de los jardines para conversar sobre el día de ayer notándose muy interesadas en saber lo que pensaba hasta ahora del palacio y quienes vivían aquí.
—Es un ambiente distinto a una casa familiar, pero es muy bello y he estado reuniendo opiniones para conocerlos mejor y ayudar en algo.
—Suena bien Lya, según lo programado tu presentación oficial será en un mes así que puedes aprovechar al máximo tu tiempo —mencionó la duquesa.
Asentí —Mamá ¿Cómo fue para ustedes regresar a casa luego de tanto tiempo? —pregunté interesada.
—Sigue siendo el mismo lugar cálido que recordaba y en cuanto se estabilice todo aquí puedes ir a visitarnos, no estamos tan lejos.
Sus palabras me hacían sonreír, se notaba muy feliz.
—Supe que aún no has ido a verlos —mencionó con tranquilidad para no sentir presión al responder.
—No sé que exactamente hacer todavía, cuando vaya, quiero ser capaz de hablarles con sinceridad y sin sentirme una extraña —hablé en referencia a mis padres —Y espero que eso... no tarde mucho —les expresé mi nerviosismo.
—Ve cuando te sientas segura —dijo llena de confianza la duquesa.
—Gracias por comprender —dirigí mi mirada a ambas avanzando unos pasos adelanté para ver una de las pocas flores que quedaban por ser otoño.
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El Destino De La Señorita
Fantasia¿Logrará vencer el destino que le espera? Justo antes de su cumpleaños, un día de primavera. Al iniciar la preparatoria se espera que exista amor, amistad y anécdotas en la rutina. Para Lya un hechizo que no sabe que posee podrá cambiar sus planes y...