La pequeña hija de Sirius Black ha desaparecido durante el ajetreo de la muerte de los Potter, ni el ministerio ni los Aurores han encontrado pista de su paradero. Sucesos inesperados y de lo más fortuitos guiarán Adhara al camino de un guardián inu...
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Era fácil perder la cordura, pero podía estar casi seguro que aquel día era un año desde que su hija debió tomar el tren a Hogwarts, lo que significaba que su ahijado debía abordarlo en aquel momento.
Había logrado capturar la ultima cosa de valor para averiguar sobre Adhara, aquella vez no seria tan afortunado, solo podía esperar que Harry llegara a salvo. Merlin sabia que Lily y James fantasearon incontables veces el día que Harry tuviera que ir a Hogwarts, si lo intentaba todavía podía ver sus sonrisas llenas del más puro amor por su hijo.
—Miralos, Sirius —escucho la voz admirada de su mejor amigo— ¿No son adorables?
Harry todavía no podía procesar comida solida, pero Adhara que ya se encontraba dejando sus papillas y tomando alimentos semisolidos, se empeñaba en hacer a Harry intentar su comida, pero no de la forma más razonable. Su hija tenia una vena creativa y Harry era la víctima de sus extraños intentos por darle un aspecto pintoresco con las papillas que menos le gustaban por su sabor, pero que mas le agradaban por su color. Pero su ahijado no se encontraba en lo mas mínimo molesto, reía contento de ser el lienzo personal de Adhara, incluso ayudando con sus regordetes dedos a esparcir mas mezclas extrañas sobre lo que lograra alcanzar.
—Juro que van a ser inseparables —negó Lily— espero que Harry no se ponga muy triste cuando Adhara vaya primero a Hogwarts.
—Oh, no —negó divertido Sirius— ese no es el problema.
—El día que Harry vaya a Hogwarts lo voy a lamentar por Minnie —rio James— ese par esta destinado a superar el legado Merodeador... —antes de que pudiera terminar una plasta horrenda se adherio a sus anteojos.
Sirius soltó una risa estruendosa al ver a Harry riendo y Adhara aplaudiendo contenta de su lanzamiento.
—Te aseguro que van a ser lo mejor que le pudo pasar al colegio —añadió orgulloso.
