Terminé en la cama de Owen, descubriendo qué bajo su saco caro y su camisa de botones, había mucho músculo. Aprendí que sus besos son exploratorios, hasta que un gemido enciende su lado salvaje y entonces empieza a exigir y dominar, como el amante dedicado que imaginé que sería.
Él estaba sobre mí de nuevo, después del segundo round, con el reloj clamando las dos de la mañana, pero seguíamos locos. Insaciables. Owen tomó mis manos, subiéndolas sobre mi cabeza, entrelazamos nuestros dedos. Jadeé en su boca y él se distanció, tomando aire.
—¿Estás bien? —me preguntó con ternura, entre respiraciones pesadas.
Cabeceé con fervor. Tenía el cabello rubio desparramado en la almohada, y la erección de mi jefe justo sobre mi vientre. Lo quería de nuevo, excitándome hasta correrse en mi interior.
Antes de iniciar pensé en advertirle sobre el uso de condones, pero él se me adelantó con "estoy limpio y tengo la vasectomía", ¿qué otra cosa pedirle antes de dejarlo meterme su lengua en mi boca?
—Dime que lo haremos otra vez... —le pedí, deslizando mis dedos de su hombro hacia su pene.
Owen gruñó, dejando caer su cabeza contra su pecho. Empecé a acariciarlo, hasta sentir que volvía a endurecerse de nuevo. Tenía tanto poder en mi mano, y estaba tan desesperada porque me llenase de nuevo.
Fueron cuatro desastrosos años, de infortunado celibato. Reintegrarme a la población sexualmente activa a través de un dios del sexo como Owen, era lo mínimo que podía hacer el karma por mí, he sido una buena persona.
No esperé por su aprobación, simplemente lo guié a mi húmeda entrada hasta sentir que su miembro separaba mi carne. Ambos gemimos con aprobación, y fue su turno de deslizarse entre mis pliegues de una sola embestida que apabulló mi vientre.
—Nunca había deseado tanto a ninguna, como lo hago contigo, Andrea —susurró en mi cuello—. Me estás volviendo loco...
Eché mi cabeza hacia atrás, y lloriqueé cuando sus lentas embestidas empezaron a tomar ritmo, acelerando mi corazón hasta paralizarlo. La mejor noche, en años...
***
A la mañana siguiente no me hice ideas de Owen y yo, siendo felices comiendo perdices y esas cosas. No es como si de repente, por una excitante noche de sexo, nos surgiera una intimidad y romance que nos haría a los dos suspirar de amor...
De acuerdo. Sí me imaginé exactamente eso. Soy una romántica sin remedio, estoy perdida.
Unos segundos estaba bailando con él, luego en su cama, y de pronto en mi cabeza ya me comparaba como en la comedia romántica de Jennifer López, donde se embaraza por su cuenta de un donador anónimo y luego consigue un novio que la valora y termina casado con ella, cuidando un par de gemelos que no son suyos.
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EL BUENO, EL MALO Y EL PROMISCUA
ChickLitEl bueno, el Malo y el Promiscua, serán los relatos cortos de tres personajes secundarios diferentes de NO TE ENAMORES DEL SEÑOR SEXO, que tuvieron una forma peculiar de encontrar el amor. Nadie les dijo que la redención para ser felices sería tan d...