WANTED [09]

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Scott dejó el loft con una expresión de fastidio en su rostro por tener que marcharse a su sesión. Mick lo miró partir tratando de no sonreír, le parecía demasiado adorable ese puchero empecinado. Este chico lo drenaría emocionalmente.

Apenas se fue, Mick sacó su móvil y buscó en sus contactos por el único morboso psicópata dispuesto a no hacer preguntas ante comentarios impúdicos. Solo necesitaba un poco de guía, después de todo, las cosas que Scott le había dicho eran suficientes para considerar al chico inexperto en "recibir" sexo.

Mick jamás se había metido con alguien tan virgen, no desde sus años en la secundaria. Sus chicos siempre se encargaban de la parte de prepararse para él, era muy poco lo que Mick lograba involucrarse, y por lo mismo no quería dejarle esa responsabilidad solo a Scott.

¿Qué quieres? —preguntó su interlocutor apenas contestó el teléfono, su grave voz sonó hastiada, como si hubiese sido interrumpido.

Mick frunció el ceño y miró su reloj, eran las nueve de la mañana, lo que hacía las dos de la tarde en Londres. El detective estaba seguro que sus cálculos eran correctos así que estaba impresionado si había interrumpido a Greg en medio de "algo importante" a una hora en la que no debería estar pensando con su pene.

—Hola para ti también —canturreó Mick, fingiendo esa alegría que no sentía—. ¿Te interrumpí en uno de tus ajetreados días de oficina?

Mick escuchó un gemido femenino del que estaba muy seguro de quién era. Se mordió la lengua para no reírse.

Shhh, no te muevas, nena... —susurró Greg, lejos del teléfono, pero igual se escuchó— Sí. Estás interrumpiendo, no tienes idea, así que ¿quieres ser breve? ¿ocurrió algo que necesite saber?

Mick no pensó con claridad hasta ese momento. Oh joder, la única razón de Greg para contestarle en un momento así, en lugar de ignorarlo y escribirle después, fue porque él era el único en el caso de Scott. Y debía estar preocupado por su casi cuñado. El mismo al que Mick había dejado chuparle el pito esta mañana y al que pensaba follar esta tarde.

Bueno, pero qué "buen amigo" resultó ser. Mick le dio un segundo de importancia al grillo moralista de su cabeza antes de mandarlo lejos.

—Uh. No, todo bien. Esta era una llamada más... personal. No puedo preguntarle a nadie más y necesito que tú no hagas preguntas, solo...

Viejo, en serio, corta la mierda, solo dime —se quejó Greg, sonando ligeramente desesperado.

Mick resopló indignado.

—Sexo anal con un principiante. ¿Consejos?

Hubo un segundo de silencio en la línea. Mick se preguntó si Greg había cortado la llamada, pero otro leve gemido de Nina, le borró esa duda. Escuchó que su amigo la volvía a consolar antes de escuchar ruidos en la línea y la voz de Greg igual de fuerte que antes.

Estás de suerte, viejo, dedos primero, mínimo tres. No seas tan imbécil de ensartarle el pene a esa chica sin prepararla. Consigue un plug standard de principiante y un kit de entrenamiento de 3.5 hasta 6.5, de silicona, con bases amplias, así los manipulas mejor.

Mick alzó ambas cejas, algo sorprendido de la facilidad con la que Greg podía arrojarle datos precisos sin perder tiempo. No pensaba corregirle la parte que su "principiante" no era una chica. Le convenía mantenerlo en secreto.

—Entendido.

¿Necesitas más? ¿Limpieza o tipos de lubricantes? Porque en ese caso vas a tener que llamarme luego, viejo.

EL BUENO, EL MALO Y EL PROMISCUADonde viven las historias. Descúbrelo ahora