EL MALO [06]

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La conversación de Jason con su hermano, se mantuvo ligera

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La conversación de Jason con su hermano, se mantuvo ligera. Este solo le reveló lo importante y eso era que debía quedarse en York con su novia. Creo que hasta Didier suspiró, aliviado, al escuchar que Aiden llevaba unos días fuera de la ciudad. La coartada de Jason, seguía estable.

—Me alegra que hayas hablado con él, Jason —dije en medio del silencio.

Él se detuvo a mitad de su habitación, con varias camisas en sus manos. Estaba alistando su equipaje para viajar al sur de Francia, hacia Mónaco. Ya nos había dicho del hotel que la hija de Pierre solía recurrir. Ella estaría ahí, esperándolo.

—Pensé que estarías molesta como Didier. Ninguno quiere que estropee esta misión. Y no lo haré, pero no pienso involucrar a mi familia en esto...

—Tal vez tú no, pero si Anaïs quiere vengarse de él, pues hallará la forma de herirlo.

Jason sacudió su cabeza, dejando su ropa dentro de la maleta con parsimonia.

—No lo hará si yo puedo evitarlo. Le debo eso, Julie —admitió serio—. Voy a detener a Anaïs.

No lo dudé ni un segundo. Pero me preocupé, por él...

***

Didier y yo partimos en un vuelo diferente al de Jason. Los tres teníamos el mismo destino, pero nos aseguramos de estar lo más distantes posibles. Dejamos que Jason hiciera su viaje al hotel por su cuenta, solo con una cámara en el botón de su camisa que nos mostraría lo que él ve, y escucha.

—Está yendo directo al hotel, Julie...

Miré a Didier a mi par. Habíamos tomado un taxi, y ahora viajábamos al mismo destino que Jason. Nuestra coartada era sencilla, éramos una pareja de vacaciones. Este mantenía en su regazo una tableta que mostraba lo que Jason hacía en vivo. Cuando miré de reojo la pantalla, él ya estaba subiendo en el ascensor, mostrando disimuladamente el número de su habitación a la cámara.

—¿Es normal estar nerviosa por él? —le pregunté a mi amigo.

Este apartó la mirada de su regazo, arqueando una ceja oscura, con esa expresión de completo estupor.

—¿Una semana y ya te gustó Jason? —jadeó espantado.

Abrí mis ojos con desconcierto, y sacudí mi cabeza.

—No me gusta, gusta, D. Solo... me preocupa que lo dejemos tratar con alguien tan peligrosa como esa chica.

—Julie, él estará bien. Sé que una semana de preparación no es suficiente, pero este caso no amerita que perdamos el tiempo. Y Jason lo sabe, él conoce a Anaïs mejor que nadie...

Llegamos al hotel diez minutos después. Todavía había sol iluminando el cielo, pero la ciudad ya estaba empezando a vestirse con luces. Pedimos una habitación un piso abajo que Jason. Cuando se lo informamos, este llegó cinco minutos después.

EL BUENO, EL MALO Y EL PROMISCUADonde viven las historias. Descúbrelo ahora