More than Love

1. Steal my girl

-¡Sophia salta!

-¡Es muy alto! -la oigo gritar de vuelta.

-¡Joder, Evans, sólo son quince metros! -gruño golpeando el agua con mis puños.

-¡Súper normal, Edward! -chilla, renegando desde su sitio.

¿Situación?
Más relajado que nunca. Con mi novia, en Tailandia.

Después de dos meses de viajar con sólo una mochila en la espalda y Soph a mi lado. Puedo decir en verdad que estoy disfrutando de la vida.

Decidimos que Tailandia sea nuestro destino final, justo para estar aquí en la fiesta de año nuevo.

¿Nuestra relación? ah... no es un paraíso.

Les voy a contar la verdad, pero para eso, deben saber antes la historia completa. De donde empezó todo. Así que utilizaré eso que llaman flashback. Imaginen una nubecita sobre mi cabeza dónde regresamos al momento en que le dije a Soph para casarnos:

*Flashback*

-Deberíamos casarnos.

«Creo que pude sentir como dejó de respirar.»

Sus ojos me observaban asombrados de par en par. Sus labios no hacían ninguna mueca y su rostro era neutro.

Estaba completamente pasmada.

«Mierda, Styles, qué acabas de decir»

-Estás bromeando. -ella suelta por fin, en un tono de duda. Como si se lo dijera a sí misma tratando de convencerse de ello.

Río nervioso y rasco rápidamente mi nariz. -Yo... olvídalo, no, es decir, deberíamos... algún día, claro. -corrijo quitando la mirada, sintiéndome completamente estúpido.

«Harry, fue la peor forma de pedirle matrimonio. ¿En qué mierda pensabas?»

-Oh -suelta una risita. Puedo notar su cuerpo más tranquilo. -Claro, cuando tú quieras. -asiente con la cabeza de manera lenta, pegando sus labios creando una línea recta.

Sus ojos también se apartan de mí y los fija en la alfombra color gris bajo nuestros pies.

-Te lo iba a dar por año nuevo, pero creo que aún no es el momento, ¿verdad? -me atrevo a preguntar, regresando mi vista a su rostro.

La escucho suspirar y veo sus hombros subir y bajar por la acción. Su cabeza gira de vuelta a mí. -Harry, es que casarse es un paso gigante... -susurra frunciendo levemente el ceño.

De pronto me sentí como un adolescente siendo rechazado por su crush.

-Tú dijiste que sí querías casarte conmigo. -murmuro de vuelta, recordando aquella noche.

-Y lo hago. -acepta rápidamente. -Pero... pensar en la idea de casarme a esta edad es aterradora. -suelta sacudiendo la cabeza.

-Cumplirás veintitrés el siguiente año. -recuerdo. -Y yo veintisiete, no somos unos adolescentes. -hablo severo.

-¿Qué? ¿Acaso tienes algún apuro de casarte antes de los treinta? -escupe burlona.

No es que quiera apresurarme, pero no quiero tener treinta años y estar sin hijos, casado, y sin una familia. Sería deprimente.

Trago saliva y cierro los ojos un momento. -No, Soph, está bien... sólo olvidemos esto, ¿por favor? -pido achicando un poco mis ojos.

-Fue la manera más rara para pedirme que me case contigo. -ríe, relajando el ambiente.

Me contagio de su risa, negando con la cabeza. -Lo haré mejor la siguiente vez. -prometo observándola.

Su mano busca la mía y le da un apretón. -No te preocupes.