More than Love

29. "Yes, I do"

*Todas las fotos de la decoración y tomadas por los personajes estarán al final del capítulo. <3

Hoy es el día.

Hoy es el jodido gran día.

Hoy es el día por el que había soñado, fantaseado, deseado, y anhelado desde que empecé a ser fan de Harry.

Hoy iba a casarme con el hombre que he amado desde que tengo uso de razón.

Con el hombre que aún admiro, idolatro, adoro, amo y significa toda mi existencia.

De todas formas, quiero aclarar que no lo siento como: "Me voy a casar con Harry Styles". La verdad es que sólo sentía que me iba a casar con Harry. Un hombre al que conocí por una casualidad (bastante buena, debo decir) y me enamoré de aquella persona tras el escenario y las cámaras.

Sólo con Harry.

Estoy despierta desde hace unos minutos. No sé exactamente cuántos, perdí la cuenta observando cada detalle del rostro de Harry durmiendo frente mío.

Su ceño no estaba fruncido como de costumbre, su cabello no estaba tan desordenado, sus labios entreabiertos, dejando que muy leves ronquidos salgan de ellos. Su vello facial apenas se notaba en crecimiento. Su oreja izquierda por algún motivo se encontraba roja y el peso de su brazo caía en la curva de cintura, pegándome con autoridad a su pecho desnudo.

Él es un ser humano increíble.

Mis dedos acariciaban su brazo, trazando su tatuaje de la rosa. Desvío mi mirada al reloj en la pared, eran casi las ocho de la mañana.

No tenía sueño, lo cual es raro al haberme acostado a la una de la madrugada.

Una sonora exhalación se escucha por parte de Harold y su pecho se infla.

Regreso mis ojos a los suyos. Aún estaban cerrados, pero sus párpados luchaban por abrirse.

Deslizo mi mano fuera de su brazo y lo paso por su abdomen, abrazándolo despacio sin quitar mi vista de su rostro.

Finalmente sus ojos se abren perezosos. Le doy una diminuta sonrisita y él me la devuelve de manera soñolienta sin despegar los labios.

Siento su mano acariciar mi espalda lentamente. Creo que ninguno de los dos sabe que decir ahora.

-Hola... -susurro.

-Buenos días. -dice en el mismo tono.

-¿Cómo estás? -consulto nerviosa, no sabiendo qué decir.

-Echado. -responde gracioso.

Suelto una risita tonta. -Hoy es el día.

-Tengo miedo que me dejes plantado en el altar. -comenta.

Alzo mis cejas incrédula. -¿Me crees que capaz de no ir? La que debería decir eso soy yo. -molesto.

-Nah. -hace un ruido con su boca. -Me amas demasiado como para dejarme.

Ruedo los ojos ante su ego. -Falta que algo pase. -opino.

-¿Como qué? -consulta frunciendo su ceño.

-Que tu traje o mi vestido se rompa... -canturreo.

-Cállate, no me pongas más nervioso, eso no va a pasar. -silencia severo.

Río quedito. -Está bien... ¿Qué harás antes de empezar a arreglarte? -pregunto curiosa.

-Iré al gimnasio un rato y como al medio día iré con los chicos para que me peinen y esas cosas. -responde. -¿Y tú?