39. Maratón 2/2 Dulces Veintitrés

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-¡¿Dónde carajos estás que no te veo?!

-Eres un ciego de mierda, ¿Dónde están tus lentes?

-No me faltes el respeto mocosa, llevo contactos.

Una tonta risita abandona mia labios sin poder contenerlo.

-Estoy a tu derecha. -aviso viéndolo a unos metros.

Había venido al aeropuerto a recorrer a Harold. Él acababa de salir de sala de embarque hace unos minutos y ahora lucía confundido mirando a todos lados en busca de mi persona.

Veo su cabeza girar a mi dirección, y en pocos segundos, sus ojos me identifican.

-No me digas que eres la del polo amarillo y la panza enorme. -su voz fastidia.

Río y levanto mi mano para confirmarle que esa misma soy. Holiwis, ¿Piensas venir a saludarme o quedarte ahí parado como pendejo?

-Me estás jodiendo, esa barriga está gigante. -Harry habla aún en su lugar.

-¡Harry, muévete! -chillo golpeando mi pie contra el suelo.

Sin quitarme la mirada de encima, sus dedos cortan la llamada de su celular y con su otra mano tira de su maleta a un lado a la vez que empieza a caminar hacia mí.

Imito sus movimientos haciendo que la distancia entre nosotros se acorte más rápido. Estiro mis brazos para abrazarlo, pero antes que pueda hacerlo, sus manos se posan sobre mi estómago. Su entrecejo estaba fruncido y sus labios entreabiertos.

-¿Cómo es que creció tanto en sólo dos semanas? -pregunta subiendo su mirada.

-Pesa como se ve. -comento.

-Pero está enorme. -repite haciendo presión con sus manos.

-Tengo treinta y dos semanas, Harold, ¿Qué esperas? -fastidio en una sonrisita.

Una sonrisa también se empieza a formar en su rostro y es inevitable que mi pecho se infle de felicidad al ver ese brillito en sus ojos.

-Feliz cumpleaños, por cierto. -dice ladeando su cabeza.

-¡Ah, pues mira que te acordaste! -escupo sarcástica.

Lo oigo reír al mismo tiempo que deslizaba sus manos por mi cintura y me atraía a su pecho, abrazándome.

-Te amo, bebé. -susurra en mi cuello cuando yo me aferro con los brazos al suyo.

Levanto mi rostro para verlo directamente. -Yo también te amo. -aseguro tomando su mentón entre mis dedos.

-Bien. -suspira soltando mi cintura. -¿Vamos a la casa?

-Sip. -afirmo dando un pequeño brinquito.

-Sip. -me remeda marcando con sus labios la última letra en exageración.

Él toma su maleta y comienza a arrastrarla mientras caminamos fuera del aeropuerto.

-Cállate, Edward. -silencio dándole un suave golpe en el hombro.

-Cilliti, Idwird. -fastidia curveando sus labios hacia abajo.

-Eres odioso. -gruño por lo bajo cruzándome de brazos.

-¿Odioso? -repite fingiendo asombro. -¿Llamas odioso a tu bello esposo que tanto te ama y te compró un auto por tu cumpleaños?

Un jadeo sale de mis labios a la vez que mis pies se detienen en seco, dejando de caminar.

-¿Que tu qué? -inquiero sin poder controlar la gravedad con mi boca.

More than LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora