47. México

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31 de octubre, Ciudad de México:

-Recuérdame una vez más porqué nos vestimos así. -Harold dice a mi lado a regañadientes.

-Porque el idiota de tu amigo nos engañó. -respondo cruzándome de brazos.

-Y tú pendeja le hiciste caso. -regaña rodando los ojos.

Estábamos en Six Flags, un inmenso parque temático en la ciudad de México. Habíamos llegado a tierras mexicanas ayer, y el amigo de Harry, David, se había ofrecido a ser nuestro guía.

Nuestro pequeño Styles se había quedado con mi mamá y lo haría sólo por tres días más. Harry y yo queríamos viajar y conocer varios pueblos y ciudades, y con nuestro bebé de un mes y medio de vida, no lo íbamos a poder llevar a cabo.

Ahora... cuando David nos dijo que "Oh sí, las personas se disfrazan todo el tiempo... ustedes también háganlo. Todos estarán disfrazados también", él mentía. Nadie está jodidos disfrazados aquí más que Harry como un vaquero sexy a mi lado y yo de... pues... un hot dog.

-Bueno, qué iba a saber yo. Toda mi vida me he disfrazado en Halloween. -reclamo defendiéndome.

-La gente me está mirando raro y eso asusta. -Styles murmura.

Nos habíamos escondido tras un pequeño puesto de algodones de azúcar mientras esperábamos por David, quien después de haberse reído una hora entera de nuestros disfraces, fue a buscar algo de ropa normal que vendían en las tiendas de regalo.

-Bueno, eres un vaquero sin camisa, chaleco de cuero y pantalones ajustados en medio de montañas rusas y... -exclamo, hasta que veo a dos chicas tal vez de mi edad o un poco más jóvenes, pasar atrás de Harry, examinándolo con una sonrisa pícara de pies a cabeza.

-Yeehaw... -una de ella suelta bajito.

Mis cejas se alzan lentamente en sorpresa. Cómo se atreve...

-Disculpa... -alargo fingiendo gentileza. -¿A quién mierda le dijiste yeehaw? -reto acercándome a ella, pasando por el costado de Harry.

-Soph... -mi esposo acusa girando sobre su eje, tomando mi muñeca, impidiendo que avance más cerca de la chica.

La muchacha lucía confundida al escucharme. Por supuesto, no sabía mi idioma. Eso era bueno, podía insultarla en mi lengua.

-Puedo parecerte muy idiota ahora en este disfraz de hot dog, pero sólo espera que su amigo el payaso regrese con ropa normal. Te volteo la cara mismo exorcista, ¿oíste? -amenazo siendo sujetada de mis antebrazos por Harry.

-Tengan una linda tarde... -Hazz ríe nervioso atrás de mí. Las chicas tenían el ceño fruncido y una mueca de susto en el rostro. Ellas empiezan a caminar lejos de nuestra presencia.

-¡Ojalá vomiten en la rueda de la fortuna! -exclamo antes que ellas empiecen a trotar más de prisa.

Las manos de Harry me liberan, permitiéndome dar media vuelta para encararlo.

-Sé que estás buenísimo, pero no deben andar gritándote esas cosas. -me quejo alzándome de hombros a la vez que veo su torso marcado.

Oh yeah, bitches, eso era mío.

Veo sus intenciones de abrir la boca para decir algo, cuando sus ojos se desvían tras de mí. Debo girar igualmente para ver de quién se trataba: era David con dos bolsas en sus manos.

-Aquí están, vayan a cambiarse. Ya me dan pena. -el pelinegro suelta sonriente, ofreciéndonos una bolsa a cada uno.

Sin decir palabra, David nos dirige camino a los baños portátiles, donde luego de hacer una corta fila, logré ingresar a uno y cambiarme a unos leggins color negro y un polo rojo manga corta que decía en mayúsculas: "México".

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