More than Love

49. "Say Cheese" / Final

—¿Por qué mamá no se va en su carro? —Liam pregunta.

Suspiro tomando su mano entre la mía a la vez que le pongo alarma a mi auto estacionando atrás mío.

—Porque mamá no trajo su coche, tío Scott fue por ella a la casa y ahora tenemos que ir a recogerla. —explico mientras avanzamos a la puerta del estudio de grabación.

—Tío Scott es muy gracioso. Yo lo quiero mucho. —dice siguiendo mis pasos.

Hoy temprano en la mañana Soph se había ido a grabar un comercial de ropa junto a su leal compañero de propaganda: Scott.

Luego de cuatro horas, mi linda esposa me avisó que ya podía ir a recogerla para ir a casa de mamá. Hoy era su cumpleaños y le haríamos una pequeña reunión con la familia y amigos.

—Lo sé, es porque te compra dulces cada vez que sale contigo, ¿verdad? —consulto.

Scott era un "tío" muy consentidor. Y cada vez que se llevaba a Liam a pasear, lo devolvía hecho una bala lleno de azúcar en su organismo.

—Así es. —su tierna voz afirma.

Ruedo los ojos abriendo la puerta de vidrio del local, encontrándome con un hombre de seguridad tras el mostrador en una sala de recepción.

—Buenas tardes. —el sujeto saluda, poniéndose de pie.

—Buenas tardes, señor. —Liam responde dedicándole una pequeña sonrisa.

Sonrío de igual manera al observar los resultados inculcados en mi pequeño. Modales y virtudes dentro y fuera de casa.

—Buenas tardes, soy Harry Styles, esposo de Sophia. —informo.

Luego de entregarle mi identificación al hombre de seguridad, él nos deja ingresar al elevador que nos dirigiría al segundo piso donde se estaba grabando el comercial.

—Liam, debes quedarte en silencio, ¿bien? Es posible que aún estén trabajando aquí y no queremos distraerlos, ¿entiendes? —susurro agachándome unos centímetros a mi hijo.

—Entiendo. —él asiente moviendo su cabeza de arriba hacia abajo.

Una campanita se escucha dentro del ascensor anunciando nuestra llegada. Las puertas metálicas se separan revelando el gran estudio: el techo lleno de luces, pantalla blanca, algunos cubos de colores gigantes que supongo eran para sentarse ahí, muchas cámaras y cables detrás de escena y personas caminando de aquí a allá hablando.

—¡Mami! —Liam exclama soltando mi mano, empezando a correr fuera del elevador.

—Sí que entendiste. —murmuro para mí mismo a la vez que salía tras de él.

Mis ojos no pierden de vista la rulosa cabellera. Saludo con un estrechamiento de manos a algunas personas en el camino mientras sigo a Liam. Mi pequeño llega con las piernas de Sophia, las cuales abraza, envolviéndose tal cual oso en ellas.

—¡Pero qué sorpresa es esta! —Soph suelta pretendiendo no saber algo sobre nuestra aparición. —¿Quién te trajo? —le pregunta dejando un beso en su cabeza.

—Papá. —Liam contesta señalándome detrás de su cuerpecito.

Sophie eleva su mirada observándome sonriente. Ella vestía la misma ropa con la que se fue en la mañana: un largo vestido negro con puntitos blancos y unas botas negras hasta la rodilla. Toda una fashionista.

—El comercial quedó espectacular, fue muy divertido. —ella comenta emocionada, dejando ver sus ojitos brillar.

—Sí, buenas tardes, señorita. —suelto burlón haciéndole notar que no me ha saludado aún.