More than Love

31. Torn

Mi primera reacción fue ponerme de pie.

—¿Cómo que accidente? —repito al teléfono.

Veo en el sillón frente mío, la cabeza de Liam alzarse y su ceño fruncirse ante mis palabras.

—Un choque. Al parecer ella venía  a mucha velocidad y otro carro igual en dirección opuesta. Los testigos dicen que su esposa intentó frenar, pero al hacerlo tan bruscamente, el auto que venía tras de ella no tuvo tiempo para detenerse y la chocó desde la parte trasera. —cuenta. —Se ha golpeado muy fuerte la cabeza.

Mi segunda reacción fue empezar a caminar fuera de la sala de embarque.

—Voy para allá. —aviso a la mujer de la otra línea antes de cortar la llamada.

—¡Harry, ¿A dónde vas?! —escucho a Louis gritar tras de mí.

Eso no hizo que me detuviera, es más, empecé a correr en busca de la salida.

—¡Harry, vuelve acá! ¡¿Qué está pasando?! —Tomás se le une.

Continúo corriendo cuando veo la puerta de salida que me regresaría a la entrada principal del aeropuerto.

—¡Styles! —el rugido de Louis resuena a mi lado y el peso de su mano se siente en mi hombro.

—Sophia tuvo un accidente. —suelto de prisa, girándome para encararlo.

Mi tercera reacción fue pensar en consecuencias.

El bebé.

—¿Cómo que accidente? —Liam pregunta acercándose a la escena, trotando.

—Sophia. —Louis le responde.

—Debo irme. —informo viéndolos.

—No puedes salir por ahí, hombre, te demorarás siglos. —Tommo regaña señalando la salida por la que quería irme.

—Yo te llevo, no puedes manejar así, vamos. —Liam ordena, empujando mi espalda hacia dirección opuesta.

—Explícale a Tomás, por favor. —pido a Louis a la vez que empiezo a correr con Liam hacia unos ascensores.

Mi amigo levanta su pulgar en respuesta. Yo me concentro en llegar a los elevadores.

—¿Qué te dijeron? —Payno consulta, deteniendose frente a las puertas del ascensor.

—Que están trasladando a Sophia al hospital, que la chocaron, se golpeó la cabeza y es grave. —explico en un tono parecido a un ahogo. Sentía que me faltaba el aire.

—Tranquilo, vamos a ver qué dice el doctor, hermano. —alienta, golpeando mi brazo.

—Mierda, Liam, el bebé. —me quejo en un gruñido de frustración, pasando mis dedos por mi cabello.

—No pienses esas cosas. —regaña severo. Las puertas del elevarse abren, dejándonos pasar a la caja metálica.

Mi siguiente reacción fue pensar en esas cosas.

Me recuesto contra el metal y golpeo mi cabeza contra la pared. —No debió venir, debió quedarse en esa reunión.

—No te culpes por lo que acaba de pasar.

—Yo le dije que quería verla, que viniera a despedirse una vez más. —digo entre dientes.

Sólo escucho silencio de su parte. Silencio que luego es destronado por el sonido de mi puño contra la pared metálica.

—Ey, ey, relájate, ven acá. —Payno suelta, sujetando mis hombros para atraerme forzadamente a un abrazo.

Iba a agradecer su gesto reconfortante cuando las puertas se abren, dejando ver el gran oscuro estacionamiento.