More than Love

21. Maratón 1/2 ¡Ese es!

—Puede ser amarillo, ¿Qué crees? —Lena opina.

—¿Un vestido de bodas amarillo? Niña, estás loca... —Jessie critica con una mueca.

Niego con la cabeza abrumada de sus comentarios. Estábamos en la camioneta de Gemma apunto de llegar a la tienda. Veníamos todo el camino discutiendo que diseño y color del vestido vamos a buscar.

—Es una princesa, chicas. Debe ser celeste como Cenicienta o amarillo como Bella. —Anne agrega desde el asiento de copiloto.

Alzo un ceja, incrédula. —No lo creo... —niego.

—¿No deberíamos saber cuál es el color del saco de Harry para saber qué color de vestido comprarle a Soph? —Blake suelta a mi lado, apoyando su mano en el asiento de piloto de Gemma.

—Es que Harry ni siquiera sabe qué tiene que comprar. —Gem responde graciosa con la mirada puesta en el camino.

—¿No va a ser como un príncipe? —Anne consulta, volteando su cabeza para mirar a su hija a su lado.

—Sí, pero los hombres de las tiendas sólo le van a mostrar unos diseños específicos de príncipe y él debe decidir cuál quiere. —contesta.

—Se está yendo con todos los chicos. Serán un desastre eligiendo su vestuario. —Jessie se ríe a mi costado.

—Niall y Adam también van así que lo salvarán de cometer una estupidez. —digo.

—¿Sabes más o menos cómo quieres el vestido? —Anne me pregunta.

—Me gustaría que sea manga corta... O tal vez larga, pero transparente... y el vestido largo, pero no tanto... Ay no sé. —me quejo, rindiéndome.

—Ellas son especialistas en vestidos de novia, Soph, tranquila. —Gem me dice.

Me había negado a venir con mi mamá. Ella y yo no combinamos a la hora de hacer compras. Ella es muy diferente a mí en gustos y siempre terminamos peleando, así que sólo vine con mis tres mejores amigas, Gemma, y Anne.

—¿Quiénes serán tus damas de honor? —Blake me pregunta.

—Yo voy a ser la testigo, chicas. Yo conozco a Soph desde los trece. —Jessie suelta al lado de Lena.

—Bueno, sí, es cierto. —acepto dándole la razón a Jess. Desde que éramos adolescentes prometimos ser testigos en la boda de la otra.

—Entonces, ¿Nosotras podemos ser tus damas de honor? —Lena pregunta delicadamente. Ella siempre es dulce al hablar.

—Eso no se pregunta, nosotras vamos a serlo. La conocemos desde los quince. —Blake escupe alzando sus cejas. Ella es la típica chica mala, pero en el fondo es como un panquesito.

—¿También veremos los vestidos para ellas aquí? —consulto a Gemma.

Ella empieza a estacionarse frente a una gran tienda con puertas de vidrio. —No sé si también haya vestidos de damas de honor aquí...

—Luego nos ocupamos de eso, primero vamos por lo de Soph. —Jess dice.

En pocos instantes estamos dentro de la tienda. Era muy amplia, no llegaba a ver un final. Habían tres columnas donde habían muchos vestidos, a mitad del local, un mostrador circular donde se encontraba la caja de pagos. Y en el extremo derecho se encontraban muchos probadores.

Lena y Blake estaban corriendo de esquina a esquina, Jessie anotando en una libreta los números de los vestidos que le gustan, y Gemma y Anne adelante mío señalando diseños. Parecía la única normal aquí.