Todo acabó

365

365 días.
365 días han pasado desde aquel día donde estos recuerdos alguna vez fueron amor.
365 razones para querer vivir o morir.
Veo como me alejo de los árboles, de las personas y de las cosas que juntos construyen el mundo con cada revolución.
Oculto mi dolor lo mejor que puedo
me veo en el reflejo del cristal y no puedo creer que eso sea yo.
Cierro mis ojos y te veo caminando con el vestido que jamás te ví usar.
365 días de aislamiento.
365 dias dónde te regalé mi alma.
Un maldito año te he regalado de mi vida, y quizá no sea mucho, pero ese año ha sido de la edad más importante de toda mi desgraciada vida, a ti, solo a ti.
365 días que no te veo, 365 días que la felicidad en mi pecho se esfumó.
365 días de arrepentimiento, de creer que todo va a mejorar, de creer que las cosas van a cambiar.
365 motivos para dejarte ir.
Un año lleno de recuerdos tristes y felices, es curioso como funciona todo esto. Esos recuerdos eran felices, no importaba si tú o yo lloraba, pero ahora que vivo con tu ausencia, todos esos recuerdos son tristes.
Intento perder el interés por tí, pero siempre hay un motivo para recordarte y estoy harto de todo esto.
No es posible que me siga muriendo por tí, cuando tú, muy probablemente estés ya con alguien más.
Estoy odiandome a más no poder por ser un completo imbécil, y todo para que cada esfuerzo, cada día, cada noche, cada sueño, cada paso, cada respiro se convirtieran en un maldito residuo, como yo, como mi vida.
Espero que no sufras por mi.
Y espero que encuentres todo lo que buscas.
365 días de lamentos, creo que son suficientes.
Estoy aprendiendo a ver el mundo de una manera diferente, justo como lo hacías tú.
He estado a punto de vender mi alma al infierno para que salgas de mi mente.
Pero esa es mi último opción, y las últimas opciones, aveces, son la única salida.
¿Si nos perteneciamos, por qué no estás conmigo?
365 razones para que te quedaras.
Y no tomaste ninguna.