Lo que creo

8 1 0
                                    

¿De qué sirve que escriba, que cante, que muera o que llore?
La vida es kármica.
Debería dejar que ella cobre lo que me debes.
Los árboles me ponen triste, y tal vez por eso estoy enamorado de ellos.
Y creo que contigo pasa lo mismo.
Me he vuelto una piedra, y no porque ya no tenga sentimientos, sino porque no puedo moverme por cuenta propia.
Qué te acuestes con alguien que no soy yo, es como ser calcinado.
Que te beses con alguien, que quieras a alguien que no soy me vuelve efímero.
Me destruye.
Hay lágrimas tuyas en el viento, porque por mucho que lo niegues, dejaste ir a la única persona que le importabas en serio.
La idea de que soy irremplazable y que existiré en tu memoria por la eternidad, suena tan maravillosa, y a veces, tan estúpida.
La vida es kármica, los días lo son.
Y tú serás siempre el árbol que jamás podré talar.
En un millón de años, en un millón de siglos.
El flujo del amor desaparece de tí y no te das cuenta de eso.
Quisiera estar a tus pies.
O mejor aún, estar entre tus piernas.
Porque no ves la diferencia entre amor y lujuria.
Y yo no veo la diferencia entre tu y una etérea.
En realidad, yo no puedo diferenciar absolutamente nada.
Mírame, no sé diferenciar entre el bien y el mal.
Estás fuera de los carriles de la consciencia humana y desconoces que es la decencia.
Es por eso que me conviertes en una estatua la que solo ve lo que quieres que vea.
Me pides, me dices y me ruegas para que crea que soy lo que creo.
Y yo no creo en nada.

Todo acabóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora