Todo acabó

Búsqueda irracional

Tu nombre es mucho más que una aflicción antes de dormir.
Es la demora del tiempo que tarda mi cuerpo en darse cuenta que me hace falta una caricia por la espalda, por el pecho, o en la frente.
Tu nombre no es ni una palabra, ni un lamento, es el laberinto que tengo que cruzar cada día para encontrar el mío.
Tu nombre no es solo el pasado, es también mi presente.
Tu nombre no es lo que quiero leer cuando alguien llama a mi teléfono.
Tu nombre es el juego perfecto entre seducción y amor.
Es el altruismo excesivo que le hace falta a los demás.
Es el imaginar un futuro donde tú voz no llenará el silencio incómodo de la noche.
Es el dormir tranquilo, porque alguna vez fuiste felicidad.
Y es el despertar miserable, porque a penas abro los ojos, y mi mente ya ha llenado cada espacio con un recuerdo tuyo.
Tu nombre es caminar sin ir a un lugar en especial.
Es la tormenta que está a punto de llegar, y las fotografías que yacen empolvadas en un cajón.
Es la soledad que ensucia mi progreso.
Es la razón de creer en Dios para encontrar libertad.
Tu nombre más allá de ser mucho más que mi vida, es la razón de una felicidad resquebrajada, y una alegría artificial.
Tu nombre es lo primero que pienso al despertar, y lo último antes de dormir.
Es la razón del por qué da miedo amar.
Tu nombre es una búsqueda irracional de lo que no se puede encontrar.