Idilio

13 2 0
                                    

Desde que no estás, suelo recostarme en una manta, en el techo de mi casa por las noches, o por las madrugadas.
Me he dado cuenta desde hace tiempo, que la nictofilia me aprieta fuertemente la mano, cómo una amiga, o una persona en la qué confíar.
Desde que lucho contra tu ausencia, suelo mirarme al espejo y pensar "¿Qué hice mal?" Cómo si eso fuese a solucionar las cosas.
Desde que no estás, el frío me afecta más de lo que debería.
La primera sensación que tengo al despertar, es frustración y tristeza por volver a hacerlo.
Desde que me quedé solo, las estaciones del año se congelaron, convertiste mi paraíso en tu infierno y es algo que me tomará 7 minutos perdonarte.
Me enojo fácilmente, e intento encontrar un culpable.
Desde que no estás, me he vuelto etéreo, me he vuelto indefenso.
Desde que no estás, lo único que hago es mantener mi mente ocupada para no pensar en ti, pero cuando las estrellas vuelven a brillan, mi mente explota cómo una bomba atómica que contamina cada parte de mi cuerpo, y me hace pensar en ti con una fuerza mayor a la de un agujero negro.
Desde que no estás, he estado pensando, que lo nuestro fue Idilio.
Y me entristece, pero me alegra demasiado saber que fue contigo.
Si el tiempo me mantiene vivo hasta los 67 años. Espero no volver a pensar en esto.
Y si el tiempo te mantiene viva hasta los años que desees, jamás fue el tiempo, fui yo, cariño.
Solo y únicamente yo.

Todo acabóDonde viven las historias. Descúbrelo ahora