Todo acabó

Polvo

Polvo, en mis manos
Sufrimiento en mis ojos
Dolor en el pecho
Rencor en la mente
El infierno como mi vida, y mi vida como el infierno.
2 palabras.
No pude mantener tu mano.
No pude soportar ver tus ojos y saber que no brillaban por mi.
Pero lo que no puedo soportar justo ahora, es tu ausencia y el sabor amargo de mi vida.
Me está haciendo polvo.
Me estás sofocando en la misma tumba en la que enterré este "nosostros".
Lo veía venir. Y no me importó en lo absoluto.
Te veía partir, y sentí como mi corazón se convirtió en polvo.
Ese polvo que hay en las fotografías viejas, en un libro que no se ha leído más que un vez, en los cuadros que se cuelgan en los muros, como el orgullo se cuelga en la frente.
Polvo que me asfixia.
Polvo he de ser.
Y a polvo he de llegar.
Pero si el amor nos junta una vez más. Voy a tirar mi vida por la ventana, para que no pueda darte nada.
Y si el destino nos junta una vez más.
Rogaré cada día y noche que no te alejes nunca jamás, que yo he de cambiar mi dignidad por tu cuerpo, 500 vidas más.
A dónde quiera que vaya, existes.
A dónde quiera que vea, vives.
En dónde sea que esté, caminas.
En dónde quiera que respire, descansas.
A dónde sea que duermo, bailas.
En dónde sea qué admiro, iluminas.
Y no importa si me escondo en mis pensamientos, porque siempre estás ahí, con esa sonrisa, esa maldita sonrisa que corrompe mi nombre, mi historia, mi futuro y paz.
Estás ahí, sonriendo, con esa expresión inmarcesible ante cualquier situación.