Todo acabó

Celestial

Estoy empezando a aceptar que no soy nadie.
Que por más que intento salir adelante, siempre habrá algo que me detenga.
Estoy empezando a odiar la soledad, a tenerle miedo a la oscuridad y al silencio.
Perdí mi identidad completamente, y tengo miedo de no recuperarla.
Se perdió en uno de los tantos cajones que hay dentro de mi mente.
Despierto cada mañana, deseando no volverlo a hacer.
Hay noches en las que se me complica respirar, y en las que sueño que muero.
Hay noches que ya no duermo.
Hay noches en las que el tiempo se siente como una navaja cruzando mi cuello.
Hay noches que mientras duermo, se detiene mi corazón, pero no sé cómo vuelve a latir.
Mañana, tarde y noche.
Gasto las 24 horas del día para pretender que entiendo cómo funciona ésta máquina que tengo como cerebro.
Mi vida se ha tornado tan monótona, despierto sólamente para que mis pensamientos me coman por dentro.
Cómo una enfermedad qué no se puede curar.
Y siempre tengo algo presente.
"Los humanos cómo especie somos los más evolucionados, pero estamos condenados a amar.
Estamos malditos por amor.
Y somos capaces de destruir y construir por ello.
El amor es capaz de destruirnos y construirnos.
Y aunque sea un ciclo, el amor es sinónimo de un celestial sufrimiento.
O una manera celestial de morir"