cuarenta y uno

2.3K 284 72
                                    

Ya el capítulo 41 qué rápido pasa todo ;0 les quería agradecer por las 16k de lecturas. A los comentarios, los votos, etc.

Me retaron a nombrar quince cosas que odio de Wattpad. No hacía esto desde el 2016 así que aguanten dos minutos que después sigue el capítulo (?

1- Los anuncios mugrosos son una de las cosas que últimamente me molestan mucho. Al principio estaba re piola porque podías jugar la prueba xd

2- Odio que haya límites de votos y comentarios.

3- Una vez estaba escribiendo el final de una historia y wattpad me lA BORRÓ AaaaAa jajajajaja me había enojado tanto que tuve un bloqueo de dos meses jaja, igual después de eso fue todo re piola porque pude descargar todo lo que sentía en once mil palabras ;;

4- A veces tengo miedo de publicar cosas explícitas (ya sea violaciones, maltrato, acoso) la mayoría de los momentos que escribí se nota que evado demasiado el acto. No es por los lectores (bueno un poco sí, la mayoría de mis conocidos saben de esta cuenta) sino más bien siento que si Wattpad la denuncia va a ver mis otras obras y a la verga jajaja me borran todo. Igual voy a intentar a ver qué tal, próximamente voy a publicar CALLE RUTH y la primera historia está basada en un acontecimiento asqueroso que le pasó a alguien que conozco ;; (aunque, claro, tiene sus cambios, el acto real es mucho más crudo, yo lo alivie un poco, y también tuve que cambiar las edades)

5- Verga que me quedé sin razones jajajaja déjenme, es que no puedo decir mucho ;( realmente no se me viene nada más a la cabeza.

Droguebrio casi casi xd

Sin más, continuemos.





















—Agh

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Agh...

—Disculpa —susurró despacio, sus manos siguieron limpiando la herida con más cuidado. Sus dedos estaban teñidos de un leve rojizo producto del agua combinada con sangre que había en un pequeño recipiente. Lentamente dejó el algodón humedecido sobre una bandeja, tomó la aguja y el hilo y empezó a suturar la piel. El alfa frunció el ceño en una mueca de dolor, apartó la mirada devastada mientras Ezra empezaba a unir la piel cortada sobre su pecho—. Terminaré pronto, aguanta.

Hubieran usado anestesia u otra droga, pero la situación que los envolvía a ambos requería medidas extremas. Debían curar las heridas más grabes del alfa y así poder socorrer a Isak con rapidez. Drozhin respiraba con dificultad, le dolía por sobremanera y se estaba tragando las palabras con fuerza. Ezra lo hacía con tanta rapidez, desprolijo, era tanta su ansiedad por ir a ayudar a Isak que el alfa mayor hubiera preferido curar sus propias heridas aún con la piel colgando en todo su cuerpo.

—Ya está —habló el Omega levantándose, se dirigió a la puerta mientras Drozhin acomodaba con lentitud una camisa que había tomado. Sus huesos crujieron con fuerza, y el ardor de las heridas hicieron que apretara los dientes—. ¿Te puedes levantar?

EL LLANTO DE ISAKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora