ANTERIORMENTE LLAMADA: Brisa de Amor
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"Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer, y lo único que hace falta para que est...
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Julio del 2025
La risa estruendosa de Caeli rompe mis tímpanos aun cuando no estoy usando audífonos, mientras la cara de póker de Brianna me deja saber que está al borde de un grito agudo.
Tres, dos, uno...
"¡¿Qué carajos, Lí?! ¡Debes estar jodiéndonos!", comienza a gritar, escandalizada por los eventos que acabo de contarles.
¿Qué en nombre de Dios me impulsó a realizar facetime con ellas un domingo en la mañana? Aún mejor, ¿por qué pensé que ellas me ayudarían a resolver el caos que desde ayer mi corazón y mi cabeza me están provocando?
Llevo mis manos a mi cara, respirando profundamente. "¿En serio piensas que bromearía con algo así, Brianna?", le pregunto con autocrítica.
Ella niega con la cabeza, manteniendo esa expresión de pura incredulidad.
"Cuando te sugerí que te consiguieras a un atractivo y pecaminoso hombre no era para que te lo tomaras tan literal, mucho menos para que lo enamoraras con una simple mirada, Amelí". Caeli muerde su labio inferior conteniendo su risa. Ella sin duda está gozando toda esta irreal situación.
Me pregunto si así también se lo tomaría si fuese ella el blanco de un jodido, loco, y atrevido motero. Sería muy interesante de ver cómo reaccionaría la indomable Caeli.
"¡Caeli, esto es serio!", la amonesta Brianna. "Nuestra mejor amiga por poco fue secuestrada por un demente y tú no te lo puedes tomar con seriedad".
La morena no evita poner sus ojos en blancos. "¡Claro que lo sé! Pero también sé que de las tres la más juiciosa e intuitiva es Amelí; si ella hubiese intuido, así sea un gramo de maldad y perversión en el motero, entonces hace rato que el susodicho ya estuviera tras las rejas con una condena de cadena perpetua, ¿o me equivoco, Lí?", interroga, ambas viéndome directamente a través de la cámara.
Dejo caer mi cabeza sobre la superficie de la mesa. "No, no lo haces", respondo, sintiendo de alguna manera su sonrisa de victoria extendiéndose a lo largo de su cara. "Pero eso no quiere decir que me pueda estar equivocando, quiero decir, ¡el hombre prácticamente estaba reclamando un cavernícola derecho sobre mí sin siquiera conocerme! ¿Quién en su sano juicio haría eso?", añado rápidamente, levantando una vez más la mirada, mi barbilla aún apoyada sobre la mesa.
Brianna le dirige una mirada cargada de reproche a Caeli. "Exactamente lo que pienso. Ese motero es un demente, ¿por qué, sin embargo, no lo has denunciado?". Su mirada cargada de crítica se dirige ahora a mí.
"¿Será por qué si lo hago es casi seguro que en menos de una hora mis padres o hermanos se enteren? Y bien sabemos lo que pasaría si lo llegan a saber", respondo con la mayor obviedad.
"Pasaje de regreso a Londres y una larga estadía en algún convento", señala Caeli.
Brianna bufa despacio, apoyando su cabeza en su mano. "De acuerdo, denunciarlo queda descartado", dice no del todo convencida. "¿Entonces qué medidas tomarás? Porque no puedes pretender que el motero no te volverá a buscar, ¿verdad?".
