ANTERIORMENTE LLAMADA: Brisa de Amor
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"Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer, y lo único que hace falta para que est...
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Octubre del 201*
— ¡Tú no saldrás de aquí! ¡Sobre mi cadáver que lo permitiré, pequeña!
Suspiro con cansancio mientras termino de colocarme los tacones de aguja color rojo. Levanto mi cabeza y clavo mi mirada en el malhumorado hombre que yace de pie frente a mí: mi querido, jodido y celoso prometido.
Muerdo mi labio inferior al verlo tan jodidamente guapo, este hombre sin duda alguna es mi más grande tentación. Su rostro sigue contraído a causa del enojo y sus brazos se cruzan alrededor de su torso.
Joder... lidiar con esto no será nada fácil.
—Ya lo hemos hablado, amore mio. —Me levanto y camino hacia el espejo, dejando un beso en su mejilla cuando paso a su lado.
El vestido negro de lentejuelas con escote profundo y que me llega unos tres centímetros arriba de la rodilla me queda de maravilla; la fina prenda es un regalo por parte de Emilie Oliveira para que lo estrene exclusivamente en mi despedida de soltera.
Sí, esta noche es mi despedida de soltera y por eso mi querido motero está sumamente de malhumor.
>>Esta vez no podrás hacer nada al respecto para que cambie de opinión, tengo todo el derecho de tener mi propia despedida de soltera así como tú vas a tener la tuya.
Volteo hacia él solo para ver cómo su ceño se frunce aún más ante mis palabras, y en dos grandes zancadas ya lo tengo invadiendo mi espacio personal. Con uno de sus fuertes brazos rodea posesivamente mi cintura y con su mano libre me toma del cuello hasta que nuestras bocas quedan a escasos milímetros.
¡Diablos! Siento como toda mi temperatura corporal comienza a ascender rápidamente ante su cercanía.
—Si ese es el caso, entonces perfectamente les diré a los chicos que mi despedida de soltero se suspende, así tú también podrás hacer lo mismo. —Pongo los ojos en blanco ante su proposición y de un rápido movimiento lo alejo de mí.
— ¡Por supuesto que no! Ambos la tendremos y nadie podrá cambiar ese hecho, Anthon Collins. —declaro con total seriedad, y él gruñe en respuesta.
Mi despedida de soltera ha sido uno de los principales temas de discusión desde que llegamos a Roma para nuestra boda. Luego de salir de vacaciones tomamos el primer vuelo a mi ciudad natal para comenzar con los respectivos preparativos; gracias a la influencia y el poder que posee mi familia pudimos organizar todo en menos de tres semanas. Lo sé, un verdadero reto para cualquier planificadora de bodas.
Tuve mucha suerte de poder contar todo ese tiempo con el apoyo de mi madre, hermana, suegra y de mis alocadas amigas para no caer en una crisis provocada por el estrés ante todo lo que necesitábamos hacer en tan poco tiempo. Fugarme con Anthon a Las Vegas había sido una opción cuando toda aquella situación me sobrepasó, sin embargo —y no queriendo morir antes de tiempo—, al recordar que mi hermosa madre me mataría si lo llegase a hacer, deseché por completo aquella idea.
