LLEGADA DE AMOR |LIBRO 1: CLAN BERTINELLI|

|4|ANTHON

Julio del 2025

"¡Lárgate ahora!", le grito mientras acomodo y cierro la cremallera de mi pantalón.

Observo a Sasha, un culo dulce más del club, quien no tiene la más mínima intención de obedecer a mi orden. Ella es solo una más en mi lista de revolcones, pero con la cuál he tenido la pésima decisión de repetir. Y eso solo ha ocasionado que se haga una idea muy errónea con respecto a cuál es su lugar.

Mueve sus largas pestañas en un suave bamboleo que nada provoca en mí; todo lo contrario. "Vamos, cariño...", dice con voz seductora mientras trata de acercarse una vez más. "Hemos estado follando por meses y sé que lo has gozado, lo mínimo que merezco es que me des mi lugar y me reconozcas como tu vieja dama, ¿no crees?".

Mis dientes crujen y el vaso lleno de whisky que tenía en la mano se rompe en miles de pedazos. Su falta de vergüenza y gran desfachatez hacen que mi sangre comience a burbujear.

Cálmate.

Pero cuando su mano se posa sobre mi pecho es que tengo que sobar el puente de mi nariz para no perder la poca paciencia que me queda. A pesar de mi mal carácter y tener poco tacto para decir o hacer las cosas, nunca he sido de los que maltratan a la mujeres. Ni siquiera a una tan insolente como ella.

Sé lo que pretende, es lo que ha venido buscando durante estas últimas semanas. Ella piensa que puede engatusarme para conseguir mi parche de propiedad, pero eso jodidamente no sucederá ni porque sepa hacer maravillas con su boca.

La sujeto de ambas muñecas con una de mis manos deteniéndola en seco. "¿Quieres saber lo que en realidad te mereces?", le pregunto, maliciosamente. La seguridad y el descaro que antes la envolvían ahora han sido sustituido por el temor.

Sí, me fascina ver esa expresión. Y sé que merezco arder en las llamas del infierno por gozar al verla tan pusilánime.

>> "¡Que te saque del club y prohíba tu entrada para siempre! Así perderás nuestra protección y créeme, después de lo que les hiciste a los Iron no dudo que cobren finalmente su venganza", le digo mientras la llevo hacia la salida de mi despacho. "Y si no quieres que eso suceda...", susurro amenazante, sin perderme la mirada cargada de terror. "Te aconsejo que desaparezca de mi campo de visión en este instante y me dejes en paz, ¿comprendes?", mascullo con dureza antes de soltarla.

Sasha asiente temerosa, perfectamente consciente de que soy capaz de eso y mucho más. Sin decir ni una palabra más y, como la buena chica que es, sale a la velocidad de la luz de mi oficina.

Me río al reconocer que soy un completo imbécil. Sé que no tengo perdón divino por ser como soy, por estar con las mujeres solo para satisfacer mis necesidades carnales; pero sería mucho peor si fuera de aquellos que dan falsas esperanzas.

Y eso sí que no va con mi persona. No niego que yo disfruto mucho de ellas y viceversa, pero hasta ahí.

Cada mujer que ha estado conmigo saben que son historia de una sola noche, que no hay compromiso ni nada vainilla. Eso es algo que siempre les he dejado en claro. Aunque algunas parecen hacer de oídos sordos.