Diciembre del 201*
—Entonces... ¿su única excusa para dejarte fue que tiene algunos problemas que resolver y que no quiere que salgas involucrada en ellos? —vuelve a cerciorarse.
Mi hermosísima hermana mayor comienza a pasearse de lado a lado por todo mi cuarto mientras le cuento lo sucedido con Anthon. Me ha levantado hace dos horas para que se lo dijera.
¿Acaso no pudo aguantarse unas horitas más?
En momentos como estos son donde la detesto inmensamente. Levantarme a la seis de las mañana un sábado es una de las peores cosas que me pueden hacer... ni a mi peor enemigo se lo deseo.
¡El sueño de un sábado es sagrado! ¡Joder!
—Sí, fue lo único que supo decirme. —Me dejo caer de lleno en mi suave y deliciosa cama.
—Y, ¿le crees? —interroga, acostándose a mi lado.
Ambas nos ponemos de lado para poder vernos a la cara. La observo atentamente, lleva puesto aún su ropa de viaje y a juzgar por su expresión adormilada y las leves ojeras que tiene, sé que estos días dormir no ha sido exactamente lo que ha hecho. Helena acaba de llegar de su viaje de negocios en Francia y tan pronto como llegó acabó con mi preciado sueño.
—Lo hago, aunque suene demasiado ingenuo... realmente lo hago —contesto con sinceridad.
Mi hermana me regala una amplia sonrisa y acaricia mis mejillas como siempre le ha gustado hacer desde que éramos unas niñas.
—No es ingenuo... es estar enamorada y confiar en el hombre que amas —me corrige, y no me sorprende que ese lado romántico suyo salga a relucir. Aunque se muestre como un tempano de hielo, Helena es puro amor, solo que no ha encontrado con quien sacar ese lado romántico que sé que tiene.
—Estoy jodida, ¿verdad? —indico divertida.
—Lo estás, sorellina —confirma—, pero no por enamorarte, sino, por lo que vas a tener que soportar cuando nuestros hermanos se enteren —repone burlona.
—Lo sé... —Pongo mi cara sobre la cama al saber lo que me espera.
¡Qué estrés!
—Todo va a ir bien, ya lo verás —trata de reconfortarme.
Pero lo dudo, dudo que todo marche bien con nuestros tontos hermanos.
—Te extrañé mucho —expreso en un audible susurro.
—Yo más; odio que hayas crecido tan rápido.
Pasa su brazo alrededor de mi cintura para luego jalarme hacia ella, sus piernas se enrollan con las mías y nos abrazamos lo más que podemos; así, en esa posición conseguimos quedarnos dormidas nuevamente.
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LLEGADA DE AMOR |LIBRO 1: CLAN BERTINELLI|
RomanceANTERIORMENTE LLAMADA: Brisa de Amor ESTA NOVELA SE ENCUENTRA REGISTRADA (Código de registro: 1904250758782) "Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer, y lo único que hace falta para que est...