ANTERIORMENTE LLAMADA: Brisa de Amor
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"Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer, y lo único que hace falta para que est...
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Julio del 2025
"¡Prez! ¡Prez! ¿Me escuchas? ¡Prez! ¿Cómo te sientes?" Eso y más es lo que mis oídos alcanzan a escuchar a medida que vuelvo de la inconciencia. Tardo un poco en abrir los ojos hasta que puedo adaptarme a la cegadora luz del foco. Por unos instantes me cuesta reconocer el lugar en el que estoy, eso, hasta que las paredes blancas y los aparatos médicos me indican que me encuentro en una de las habitaciones del centro médico del club.
Las miradas cargadas de preocupación de algunos de mis hermanos es lo primero que me saluda. Son Anker y Crastern los que me ayudan a levantarme de la cama. Me cuesta entender lo que está pasando por breves minutos, aun intentando despejar el adormilamiento de mi cuerpo y el punzante dolor en el costado izquierdo de mi cuello.
Llevo mi mano en un acto reflejo hacia la zona del dolor solo para encontrarme con la notable barrera de lo que parece ser una gaza. ¿Una gaza? ¿Por qué estoy herido? Estoy herido..., ¿cómo carajos...?
Una estruendosa carcajada brota de mi garganta al recordar el cómo y por qué estoy en esta situación. Mi mujer ha resultado ser una contrincante a tener en cuenta. Es toda una pequeña fiera. Ni en mis más remotos sueños pude haberlo previsto, es tan hermosa como letal. Ella resultó ser todo una joya.
Si lo que pretendía era que me olvidara de ella jugó entonces la carta equivocada. Esto solo hace que la desee más, ese fuego lo quiero solo para calentarme a mí.
"¿Qué tan grave es la herida, doc.?", le pregunto a Crastern sin perder tiempo. Tuvo que haber sido muy fuerte para que duela como el infierno y me haya desmayado a los pocos segundos.
"De hecho la herida es superficial, sin embargo el objeto con el que te golpeó tuvo que estar impregnado con algún tipo de sustancia adormecedora para que hayas perdido la conciencia tan rápidamente. De todas formas haré unas pruebas con los restos que pude obtener para ver de qué se trata", explica a gran detalle, mostrándose un tanto desconcertado.
Y no es el único. ¿Una sustancia adormecedora? ¿Qué tipos de armas son las que tienes, pequeña? ¿Y por qué?
Veo a John pararse al lado de Crastern con una mirada cargada de enojo. "¿Qué fue lo que pasó, prez? ¿Quién fue el que te hizo esto para darle su merecido?", exige enojado, incitando a los demás a ponerse a la ofensiva.
Me levanto en un rápido movimiento enfrentándome a cada uno de ellos. "¡Nadie le hará nada! ¡El que se atreva a tocarle una sola hebra de su cabello le cortaré la mano!", les advierto, en un siseo imperioso y peligroso.
"¿Prez..., quién te atacó fue una mujer?". Bursck, mi capitán de carretera es el encargado de hacer la pregunta que todos se han de estar haciendo.
Cada uno de ellos se muestran expectantes por mi respuesta, pensar que una mujer logró noquearme es algo de una sola vez en la vida. Pero mi pequeña fiera no es cualquier mujer. "Corrección, Bursck; fue mi mujer", reconozco con orgullo. Sonrío tan ampliamente con solo decirlo en voz alta.
