ANTERIORMENTE LLAMADA: Brisa de Amor
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"Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer, y lo único que hace falta para que est...
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Octubre del 201*
El leve cosquilleo en mi rostro hace que poco a poco vaya abriendo mis ojos, me toma varios segundos adaptarme a la luz de la mañana. Sonrío en cuanto veo un hermoso tulipán azul en primer plano. Mi amado motero siempre hace lo mismo cada mañana para levantarme.
—Buenos días, pequeña. —Me pongo de lado para poder verlo. Sonriente y totalmente limpio, oliendo a esa fragancia que tanto me hipnotiza. La mejor imagen que tengo al despertarme.
— ¿De dónde la sacas? Ninguna florería abre tan temprano. —Agarro la flor y huelo el exquisito aroma que desprende.
—Eso, pequeña... —Me atrae hacia él con sus fuertes brazos—, es un secreto. —Deja un beso en mi frente.
—De acuerdo, no insistiré en ello. ¿Tienes algo que hacer hoy? —pregunto. Hoy me apetece quedarme todo el día en la cama junto a él, envuelta en sus brazos. Justo como lo estamos ahora.
—Sí, pequeña. Tengo una cita —me informa con simpleza.
Siento una punzada de celos en todo mi pecho.
— ¿Una cita? —cuestiono. Me suelto de su agarre y me alejo lo más que pueda de él—. Y se puede saber... ¿con quién tienes una "cita"? —Mi voz sale más dura de lo que pretendía.
—Sí, preciosa. Una cita, así creo que le dicen, ¿no? —dice algo inseguro—. Tú y yo tendremos una cita —declara de lo más normal.
Respiro profundamente y muerdo mi labio inferior. Dios sabe que traté de aguantarme todo lo posible, pero al final no puedo, suelto una profundo carcajada.
Este hombre es todo un caso, pero a pesar de todo... ¡me encanta!
Lo amo, con todo y sus defectos.
>> ¿Qué es lo tan gracioso? —Frunce el ceño algo molesto. Tengo que hacer un gran esfuerzo para calmar ataque de risa.
—Lo siento, es que eres todo un caso, amore mio*. —Extiendo mi mano y acaricio su mejilla—. Para tener una cita con alguien lo más normal es que se lo preguntes a esa persona. Lo sabes, ¿verdad?
Aunque tratándose de él sé que los pasos previos están de más. Yo mejor que nadie lo sé.
—Pero si ya sé que me vas a decir que sí, ¿para qué hacerlo? —rebate con total seguridad, dándolo por hecho.
Paciencia. Necesito de una infinita paciencia.
— ¿Quizás porque es mucho más romántico? —sugiero, lo primero que se me viene a la mente.
Asiente levemente, razonando mis palabras. De un solo y rápido movimiento hace que quede encima de él. Sus brillantes ojos mieles me devoran al ver mi estado de desnudez.
