ANTERIORMENTE LLAMADA: Brisa de Amor
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"Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer, y lo único que hace falta para que est...
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Julio del 2025
Nueve horas, catorce minutos y veintitrés segundos.
Ese es el tiempo que llevo sentada a un lado de la cama de Anthon. Todavía no ha despertado, pero sé que lo peor ya pasó. Sus signos vitales son cada vez más estables y sus respiración se ha vuelto normal, unas horas más y el tubo que tiene para ayudarlo a respirar se irá.
Una paz me acoge, aunque el temor todavía sigue latente.
"Verlo tan calmado, independientemente de su estado, resulta ser a veces algo tan extraño". La voz de Crastern, como sé ahora que se llama el doctor de cabecera del club (y que también es un motero), me aleja de mis pensamientos.
"¿Es normal entonces que sea tan..., impulsivo?". Una mueca se escapa de mis labios sin poder evitarlo.
Él ríe entre dientes, sacudiendo la cabeza. "Se podría decir que es un rasgo propio de él, pero nunca para mal", dice al final, solemnemente.
"Lo dice alguien que está bajo su mando, no creo que puedas decirme una cosa mala de él aunque quisieras". Arqueo mis cejas mirándolo autocríticamente.
Deja caer la mitad de su peso sobre el barandal de la cama, sentándose. "No pudiera decirte ni una aunque quisiera porque no tengo nada malo que decirte, excepto quizás, que su carácter dominante e impulsivo le nublan a veces el juicio", expresa, sin sentimentalismo. "Ares es uno de los hombres más nobles, leales y ferozmente protector con su familia como muy pocos que pueda citar". Sus ojos se vuelcan hacia el motero dormido, en sus ojos puedo vislumbrar la chispa de gratitud hacia él.
"¿Qué hizo por ti? Si puedo preguntar". Lo miro interrogante, genuinamente curiosa.
Ahora es él quien arquea sus cejas perfectamente pobladas. "¿Qué te hace pensar que hizo algo por mí?".
Ruedo los ojos, no cayendo en su juego. "Supongo que ofertas laborales no te han de faltar siendo doctor, pero en vez de estar en un hospital, estás aquí atendiendo a moteros de golpes o balazos".
"¿Crees que aquí solo atiendo a moteros luego de una pelea?".
"¿No es así?".
Sacude la cabeza en negación. "Créelo o no, pero esto sirve más que para eso". Señala toda la habitación con su dedo. "Antes sí, pero desde que Ares llegó a ejercer como presidente del club su primera función fue el de acondicionar un centro médico para atender a quienes no tienen los recursos económicos necesarios para solventarlo". Su declaración me toma por sorpresa. "Él me ayudó en la parte más oscura de mi vida, sin su ayuda estoy seguro de que hubiera caído en un abismo sin retorno". Su mirada perdida en algún recuerdo lejano me deja saber que cualquier cosa por la que pasó todavía sigue siendo un tema duro para él.
"Creo que puedo entenderlo, quiero decir, todos ustedes se ven ferozmente leales a él". Recuerdo la genuina preocupación en los rostros de todos los moteros. "Y eso solo me deja saber que debe ser una muy buena persona con ustedes para que ese cariño sea tan fuerte".