Octubre del 201*
Al día siguiente luego de informales tanto a mi madre como a mi hermana que iríamos a almorzar con mis suegros —a lo cual ni siquiera de negaron— nos encontramos terminando de alistarnos.
Afortunadamente esta vez se me permitía vestir con mi característica ropa de motero. Mis suegros deben de irse acostumbrando a mi estilo de vida... y del que ahora también forma parte su hija.
—Luces hermosa como siempre, pequeña. —La escaneo en su totalidad, viendo como ese vestido beige de encaje se le adhiere tan bien a su precioso cuerpo, pero es el chaleco con mi parche de propiedad el que me hace delirar.
—Tú no te quedas atrás, amore mio. * —Enrolla sus brazos alrededor de mi cuello, dejando un camino de besos por toda esa zona.
Me estremezco ante ese simple contacto.
—Amelí...
Sus manos se cuelan por debajo de mi camisa y mi autocontrol se está yendo al carajo.
—Ayer te había prometido compensártelo... y la verdad es que muero por cumplir esa promesa en este preciso momento —susurra en mi oído, con esa voz melosa que me vuelve loco.
Y con eso logra acabar por completo con mi autocontrol.
Sin aguantar más le quito ese jodido vestido, dejando a la vista la sexy lencería blanca. Paso mis manos sobre su cálida piel, queriendo sentir su suavidad bajo mis dedos.
—Si continuamos con esto llegaremos tarde al almuerzo con mis suegros. —La tomo entre mis brazos y la coloco encima de nuestra cama.
—Entonces seamos rápidos, amore mio. * —Se apodera de mi boca en un beso desenfrenado y ansioso, cargado de deseo. La despojo de sus última prendas y yo hago lo mismo con las mías.
Piel contra piel, me encantar tenerla así... tan dispuesta, a mi merced... pidiendo que la haga mía. Memorizo cada tramo de su perfecto cuerpo con mis manos... con mi boca, haciéndola jadear ante mi contacto. Sus rosados pezones ruegan por mi atención, y no soy quién para no complacerlos; poniéndose totalmente duros y erectos debajo de mi lengua.
La anchura de sus caderas encaja perfectamente en mis manos, ella está hecha para mí. Dejo un camino de besos hasta bajar a sus muslos. Sus sensuales y provocativos gemidos no hacen otra cosa que aumentar mi deseo carnal por ella. Deslizo mis dedos hasta adentrarme en su húmedo y apretado coño.
—Anthon... por favor...
— ¿Por favor qué, pequeña?
—Te necesito... ahora. —Arquea su espalda y gime con fuerza cuando mis dedos se hunden más en ella.
—Tus deseos son órdenes para mis oídos, cariño.
Abro sus piernas y me coloco entre medio de estás. Sujeto por encima de su cabeza sus muñecas, acallo sus gemidos besándola y la penetro de una sola estocada. Sus piernas se envuelven alrededor de mis caderas encintándome a penetrarla con más fuerza. Ella es insaciable... y me encanta.
ESTÁS LEYENDO
LLEGADA DE AMOR |LIBRO 1: CLAN BERTINELLI|
Storie d'amoreANTERIORMENTE LLAMADA: Brisa de Amor ESTA NOVELA SE ENCUENTRA REGISTRADA (Código de registro: 1904250758782) "Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer, y lo único que hace falta para que est...