Agosto del 201*
Mi corazón comienza a latir con fuerza y mis manos comienzan a sudar producto de los nervios al ver a la preciosa mujer que va entrando con su rostro lleno de sorpresa.
Mi dulce y terrible Keira sabe perfectamente lo que está ocurriendo, no por nada ha estado presente en otras ceremonias de reclamaciones. Puedo notar que no soy el único cuyos nervios le están jugando una mala pasada.
A medida que ella avanza las velas se van encendiendo a su paso; cuando ella finalmente llega a escasos centímetros frente a mí puedo apreciar las traicioneras lagrimas que han bajado de sus hermosos orbes mieles.
— ¿Por esto estabas tan extraño estos últimos días?
Seco con mis pulgares sus rosadas mejillas y dejo un pequeño beso en su frente.
Mi dulce mujer no pasaba nada por desapercibido, claro que había notado mi nerviosismo los últimos días por el que descubriera algo.
—Sí, quería que todo salga a la perfección. Algo que estuviese a tu altura, mi dulce Kei. —Envuelvo su cintura con mis brazos y beso esos dulces labios que tanto me enloquecen.
El carraspeo de parte de mi prez nos hace separar —muy a mi pesar—, Keira esconde su avergonzado rostro al comprobar que todas las miradas están puestas en nosotros; así que sin perder más tiempo comienzo con lo que he estado esperando hacer desde la primera vez que la tuve entre mis brazos... darle mi parche y que todos sepan que esta hermosa mujer es completamente mía.
—Keira... —Alzo con delicadeza su rostro, haciendo que me mire fijamente a los ojos—. Sabes mejor que nadie el gran amor que siento por ti, que mis días no comienzan hasta que no te vea, porque eres el sol que alumbra mis días, eres la luz de mi vida. Te has robado mi corazón desde el primer momento en que te vi, desde entonces me tienes completamente a tu merced. Haría cualquier cosa por ti: desde morir, hasta vivir. Te amo como jamás pensé que lo llegaría hacer... así que solo me resta por hacer algo que he esperado por muchos años llegar a cabo. —Tomo una gran bocanada de aire antes de proseguir, llenándome del valor.
>>Keira Collins Reed, ¿me harías el honor de ser, para hoy y siempre, mi vieja dama? —Extiendo entre sus manos el chaleco que porta mi parche de propiedad.
Mi dulce Kei no tarda en comenzar a derramar aquellas lagrimas que mantenía contenidas; su mano viaja hasta el chaleco, tocando el suave cuero negro y deteniéndose en el parche de propiedad, pero no lo toma, solo se limita en sentir el cuero bajo sus dedos, es entonces donde el miedo a que llegue a rechazarlo me invade por completo.
Aquel sentimiento de dolor se vuelve a hacer presente justo como cuando casi la pierdo la última vez.
*FLASHBACK*
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LLEGADA DE AMOR |LIBRO 1: CLAN BERTINELLI|
RomanceANTERIORMENTE LLAMADA: Brisa de Amor ESTA NOVELA SE ENCUENTRA REGISTRADA (Código de registro: 1904250758782) "Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer, y lo único que hace falta para que est...