|14|ANTHON

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Julio del 2025

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Julio del 2025

El dulce aroma de coco y vainilla es el magnífico olor que me despierta todos los días. Los suaves cabellos de mi mujer llameantes cuando los rayos del sol los tocan, tapando parte de su hermoso rostro hace que suavemente los aleje hacia un costado de sus orejas.

Dulce, serena y dolorosamente hermosa.

Durmiendo, despierta, enojada o en modo asesino, ella es perfecta ante mis ojos en todos los sentidos. Soy un maldito con suerte, no lo merezco, pero que arda el cielo si me importa un ápice. Siempre dije que ninguna mujer sería lo suficientemente digna de ser mi vieja dama, de ser la mujer con la que compartiera mi vida hasta el último de mis días, porque nunca esperé encontrar a alguien que cumpliera con todas mis expectativas.

Y ahora entiendo por qué.

Viéndola ahora a esta hermosa mujer que yace profundamente dormida, tan angelical y sublime, sé que nunca me había enamorado porque la estaba esperando a ella. Mi corazón la reclamó tan pronto la vio, la reconoció como su otra mitad, como su complemento.

Ella es perfecta, de pies a cabeza, y es mía.

No importa lo que tenga que enfrentar, pero sé con total seguridad que pisaré lava y saltaré abismos si con eso la tengo a mi lado para siempre. Por ahora, cumplir sus deseos es un muy buen primer paso.

La atraigo más hacia mí, sonriendo como todo un tonto cuando la siento acomodarse sobre mi pecho como todo un gatito buscando mi calor. La envuelvo con mis brazos y deposito suaves besos en su cabeza, deleitándome con su fragancia.

Coco y vainilla.

Ahora sé cuál es la definición del paraíso: mi mujer en mis brazos.

Me permito quedarme así por lo menos una hora más, admirándola mientras duerme profundamente. Solo cuando el reloj marcan las ocho me obligo a levantarme de la cama, procurando no despertarla; si lo hace es capaz de usar alguno de sus trucos para impedirme llevar a cabo lo que he venido planeando desde hace días.

Me ducho y visto con rapidez haciendo el menor ruido posible. Espero que no se despierte antes de que vuelva. Es una ventaja que tenga un sueño profundo.

Salgo de la habitación y me dirijo directamente hacia mi oficina.

No me sorprende ver a las dos personas que actualmente son el blanco de mi enojo sentados uno al lado del otro frente a mi escritorio. Me siento sobre mi silla, mirándolos por unos largos y tensos segundos. Keira es la única que se deja ver nerviosa, jugando con el dobladillo de sus blusa evitando lo mejor que puede mi mirada; Hadar por otra parte... está tan impasible que sé que esto no lo tiene para nada nervioso.

Lo odio, odio que no se muestre ni un poco nervioso después de lo que hizo.

"Y bien, ¿Quién de ustedes va a comenzar a hablar?". Corto el tenso silencio, reclinándome sobre el respaldar se la silla y cruzándome de brazos.

LLEGADA DE AMOR |LIBRO 1: CLAN BERTINELLI|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora