31 |Suya|

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Septiembre del 201*

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Septiembre del 201*

DÍAS DESPUÉS.


El suave y delicado roce de algo sobre mi mejilla hace que poco a poco vaya abriendo mis ojos, un tulipán morado es lo que tengo en primer plano. Lo tomo y sonrío al ver al hermoso hombre que está acostado de lado junto a mí.

Anthon me regala una amplia sonrisa y despeja de mi rostro algunos rebeldes mechones; me apego a él abrazando su desnudo torso y entrelazando nuestras piernas, mi cabeza se esconde en el hueco de su cuello. Su aroma es algo que realmente me trae loca.

—Buen día, pequeña. —Siento sus manos acariciar el ancho de mi espalda.

—Buen día, caro. —Mi voz sale ronca y como si fuese posible, me abrazo aún más a él.

Una corta risa se escapa de sus labios.

—Al parecer alguien hoy se levantó sin la menor intención de querer soltarme.

Y la verdad es que no.

No me apetece para nada soltarlo, solo así puedo sentir los latidos de su corazón y su calmada respiración. Es la única manera en la que me puedo tranquilizar.

Es la forma en la que me cercioro que está aquí... conmigo.

Durante toda esta semana el sentimiento de preocupación ha sido mi más fiel compañero. El temor de que algo pueda pasar, pero más que nada, que algo le pueda suceder a él, me tiene en un completo estado de desasosiego.

Luego de que mi motero llegara de su viaje mi primer instinto fue saltar a sus brazos y permanecer como un koala por varias horas. Saber que estaba bien y que había regresado a casa sin ningún inconveniente hizo que todo mi interior se inundara de una gráficamente paz. A pesar que desde que llegó podía notarlo algo tenso y preocupado, y aunque traté de preguntarle varias veces que le pasaba él nunca me decía la verdad.

Sabía que sus respuestas no eran ciertas, soy buena para reconocer una gran mentira. Así que dejé de insistirle porque lo menos que quiero en estos momentos es tener una pelea con él.

—Puedo hacerlo si es lo que gustas... —Centro mi mirada en sus mieles ojos que me observan con adoración. Solo verlo hace que me sienta flotando entre nubes.

—Estaría completamente demente si quisiera eso. Tenerte pegado a mi cuerpo es uno de los mayores placeres de mi vida. —Posa sus labios en los míos con suavidad, abriendo paso a través de ella con su lengua.

El calor comienza a invadir mi cuerpo y de un rápido movimiento termino arriba de él. Mis piernas alrededor de su cintura y manos surcando cada tramo de su piel. Su erección roza mi entrepierna y sus fuertes manos agarran mis nalgas.

—Pequeña... —jadea contra mis labios, mientras una de sus manos se desliza por debajo de mi bata para acariciar toda la piel de mi espalda.

—Mmm...

LLEGADA DE AMOR |LIBRO 1: CLAN BERTINELLI|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora