ANTERIORMENTE LLAMADA: Brisa de Amor
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"Lo único que hace falta para que los hombres descubran el amor es tener demasiado cerca a una mujer, y lo único que hace falta para que est...
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Octubre del 201*
—Cuando Dyck me llamó para contarme lo que hizo el idiota de mi hermano no podía creérselo, hasta que me lo contó Sophie y vine de inmediato —Keira habla tan rápido que por un momento temo que se quede sin aire. Me abraza fuertemente y ahora soy yo la que sí se está quedado sin poder respirar.
¿Cuánta fuerza puede tener una mujer embarazada?
—Keira, mis pulmones aclaman por oxigeno —le hago saber, tratando de que me libere de su agarre.
—Lo siento, ¿estás bien? —Se separa de inmediato y me escanea de arriba abajo.
—Ahora que respiro con normalidad... sí.
—Sabes a que me refiero —repone, entrando al dormitorio y sentándose al lado de Sophie.
Claro que sí, pero la verdad es que no tengo muchas ganas de hablar de ello.
Sophie me había esperado en la entrada de la residencia para ayudare a subir mis maletas, tuve mucha suerte de que llegara del trabajo minutos antes que yo. Ella no me ha peguntado nada hasta ahora, dándome espacio y libertad para que yo misma lo hiciera. Pero ahora que tengo a ambas mujeres reunidas en mi dormitorio, estoy completamente segura que no me dejarán en paz hasta saber qué fue lo que sucedió entre Anthon y yo.
Merda! *
—Okay, pregúnteme lo que quieran. —Y eso fue como soltarle la piola a un muñeco de pilas.
No me quedó de otra que responder todas y cada una de sus preguntas. De contarles todo lo que pasó con Anthon para que él haya tomado la decisión de regresarme a la residencia. Para bien o para mal, aquello me sirvió para desahogarme todo lo posible. Mis emociones pasaron de tristeza a decepción y finalmente, al enojo; en estos momentos lo único que me apetece es darle unos buenos golpes.
—Sabía que mi hermano es un estúpido, pero no sabía que excedía los niveles —se queja Keira, verdaderamente molesta.
No me sorprendería que llegando al club le diera esos golpes que tanto deseo yo propinarle.
>>Pero no te preocupes, yo me encargaré de averiguar lo que sucede y te lo diré.
— ¡No! —digo de inmediato, sorprendiéndolas a ambas—. Sé que puedes hacerlo, pero no quiero saberlo. No a menos que él mismo tenga la confianza para hacerlo.
Ambas me miran desconcertadas, y las entendiendo. Ellas en mi posición quizás sí quisieran saberlo.
— ¿Estás segura? —interroga Sophie, mostrándose no muy convencida.
—Muy segura —respondo sin dudarlo. Si de algo estoy segura es de que tiene que ser Anthon quién lo haga.
Él debe de demostrarme que me tiene la suficiente confianza si quiere que vuelva a estar a su lado, de lo contrario...
