17| Jóvenes promesa para el futuro

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Apretó con fuerza las correas de su mochila en sus hombros, alzó la mirada hacia la gran escuela moderna que tenía enfrente de sus ojos. El sol brillaba en lo alto y las nubes no cubrían el cielo permitiendo que las aves volaran libres. Respiró hondo, un extraño aroma a excitación y ansias por su primer día en clases fue lo único que percibió. Había una gran cantidad de alumnos, Clarke se había burlado de ella diciéndole que la mayoría no lo aguantaría, así que no debía emocionarse. Así como también había hecho alusión a que ella tampoco duraría.

A veces se preguntaba si el juez que acepto la adopción de Clarke sabía que le estaba entregando su vida a una mujer que solía burlarse de ella de vez en cuando, porque no era normal que tu propia madre se burlará de ti, aun si era en broma, ¿o era normal? Los padres eran confusos para ella, tal vez porque su crianza no fue la de cualquier niña normal. Madre soltera, agente del DPA, jamás la llamaba «mamá» y dentro de lo demás: un pasado doloroso, padres biológicos muertos, una redada, Clarke cuidándola...

Ella vio el auto de Clarke alejarse después de dejarla ahí de pie, mirando hacia la puerta de la escuela. Había notado las diferentes apariencias de los jóvenes, diferentes rasgos faciales, tonalidad de piel, era claramente una escuela en la cual no solo niños americanos podían asistir, sino quien quisiera.

Había entre todas las edades, desde los más pequeños como ella hasta los más adultos a punto de graduarse a la edad de veintidós años. Era más fácil saber quiénes tenían padres trabajando para el Arca que quienes no, eso era obvio.

Finalmente, tras respirar hondo, dio un paso enfrente y se adentró hacia el gran edificio en donde una gran cantidad de alumnos se encontraba en la recepción. Ella saco de su mochila un panfleto que le habían entregado cuando se había inscrito y lo abrió. Era un tríptico que señalaba varias cosas, en cada una de las partes de este. Tenía un mapa de la academia, señalaba los salones, el comedor, una lista de profesores y de las materias que imparten, también tenía una descripción de lo que sucedería en su primer día.

Una de las cosas que debía suceder, era que tenía que esperar en la entrada a que la directora hiciera su aparición. Había bastantes alumnos nuevos ese año, tanto de su edad como mayores de edad. Por lo que decía en el panfleto las clases no se dividían en edades, sino que eran alzar, lo cual no podía negar que le daba algo de miedo. ¿Enfrentarse a alguien de dieciocho años en una pelea cuerpo a cuerpo? Era una tremenda diferencia de altura y fuerza.

Pero ese no era su mayor problema, o algo de lo que debía preocuparse.

Unos aplausos resonaron en toda la entrada, ella alzó la mirada de su panfleto para ver a la directora, de pie sobre lo que podía ser un pequeño escenario, o una especie de banca disimulada, para que todos pudieran verla en la altura. La mujer de aspecto asiático y refinada costura de vestuario los miraba a todos con una sonrisa. Junto a ella, un paso detrás, había una gran cantidad de personas, las cuales ella suponía que eran los profesores que tenía en su lista.

– Sean bienvenidos, jóvenes, a su primer año en La Academia. Como pueden ven a su alrededor, muchos de ustedes se han inscrito hoy y muchos de ustedes serán formados para ser el futuro del mundo, agentes perfectamente entrenados para proteger a la humanidad de los peligros que pueden suceder. Lo que les espera tras las puertas de su salón de clase, lo admito, va a ser un verdadero infierno para muchos y quizá algunos quieran dimitir, pero puedo asegurarles a aquellos que con valor aguardan todas las pruebas, que el sacrificio vale la pena – Callie, la directora de la academia, habló con un tono fuerte que se hizo oír. Todos los futuros agentes estaban en silencio. Madi alzó la mirada para verla de reojo y sonrió ligeramente. Abby había hablado con ella unos días después de la entrevista y le había contado que se había reunido con Callie después de mucho tiempo y había hecho varias alabanzas en cuanto a la entrevista. Resaltando que era algo tímida, pero podía ver un gran potencial (el cual Clarke había hecho mención en algunas ocasiones). Ella no estaba segura de qué potencial era el que veían en ella misma, pero sabía que entrar en la academia era la excusa perfecta para descubrirlo. Clarke le había pedido, casi rogado, que no entrara en la academia con la intención de hacerla sentir orgullosa, porque no lo estaría, pero que si entraba para encontrar su propio lugar en el mundo, con un deseo ajeno de querer proteger a los demás, era la decisión correcta. Eso es lo que estaba haciendo. Por derecho de herencia ella podía estudiar aquí, en la mejor escuela de todo el mundo y lo aprovecharía.

Oscura PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora