21| Desenterrando el pasado

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Abby se cruzó de brazos mientras miraba a la joven que tenía frente a ella. La muchacha, sentada en su silla de presionando con fuerza a sus costados, con un ceño fruncido en sus cejas, un mohín en su rostro y definitivamente no una mirada feliz, evitaba mirarla al desviar la cabeza hacia otro lado. Por primera vez en muchos años, la mujer se sintió como una madre regañando a su hijo por haber hecho algo a sus espaldas, aunque en la realidad no era la madre regañando a su hija.

– Clarke va a estar enojada.

– No es mi culpa – Ella dijo con un tono pesado y molesto.

– Madi, no soy tu madre.

– No, eres mi abuela y por eso mismo no deberías molestarte.

– ¿Cómo quieres que no me moleste cuando lo primero que me dice Cece cuando nos encontramos en el supermercado es que asististe a la reunión de padres y maestros en lugar de Clarke?

– Ella tenía trabajo – La muchacha se encogió de hombros en defensa propia mirando a Abby molesta – Estuvo toda la noche en ese incendio del hospital.

– Esa no es excusa, ¿por qué no me dijiste a mí?

– Porque estabas ocupada, seguro que también estabas en ese incendio.

– Ocupada, pero habría ido – Resopló apretando los puños. Recogió una silla cercana y se sentó frente a la muchacha, mirándola con una expresión suave – ¿Qué está pasando?

– No tiene nada de malo. Clarke siempre dice que hay que ser responsables y los profesores dijeron que los alumnos no deberían valerse de los padres sino por sí mismos.

– Pike – Ella gruñó molesta – Madi, no es eso lo que significa. Mentirle a tu madre, ocultar cosas, eso no es ser responsable. Es ser tonto. Valerse por sí mismos significa respetar a los demás y saber cuándo pedir ayuda.

– Creo que tenemos diferentes definiciones.

– A lo que voy es que no deberías tomarte todo tan literal – Abby murmuró – Creí que estabas entendiendo las pistas que Clarke te dejaba.

– ¿Pistas? Más bien como lecciones de una galleta de la fortuna.

– Sí, es gracioso que lo haga – Abby rió ligeramente – Es algo que se aprende con el tiempo, pero no es lo que quería decir. Lo que digo, cariño, es que a pesar de todo lo que te han dicho los demás sigues siendo una niña y siempre vas a necesitar a un adulto. Los niños que asisten a las reuniones son niños que viven dentro de la plaza de la academia, niños que se cuidan solos. Tú no vives como ellos, tienes a Clarke y es obligación de ella asistir tanto si quiere como si no.

La muchacha gimió cruzándose de brazos – No es tan grave, solo asistí a la reunión en su lugar, ¿por qué es un problema?

– El problema es que lo ocultaste – Abby suspiró mientras se inclinaba un poco – ¿Por qué lo ocultaste?

– No quería que Clarke asistiera.

– ¿Y eso por qué?

– Porque sí. Es Clarke. No quería que asistiera por eso mismo.

– No lo estoy entiendo.

La muchacha se mordió el labio inferior con inquietud mientras pensaba en cómo decirle a Abby lo que estaba molestándole desde hace varios días (o quizá desde siempre, dependiendo de cómo se viera). Confiaba en Abby por diferentes razones, no solo por ser su abuela o ser su familiar, sino que confiaba en ella porque fuera de Clarke, Abby siempre había sido su confidente y una gran persona. Desde pequeña la había cuidado y la había amado desde el minuto uno en que la habían adoptado, literalmente Abby estaba encantada con ella pese a que también estaba preocupada por la repentina decisión de su hija. Al final de todo, Abby era su familia también y era una gran persona. Podía decirle todo si encontrara las palabras adecuadas.

Oscura PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora