1| La noche en que se conocieron

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La noche cayó sobre sus cabezas ese día antes de que alguien pudiera avecinarlo, nadie estaba prestando atención a la pequeña nube de vapor que se les formaba en la boca cada vez que decían algo, simplemente mantenían la vista enfrente listos para moverse a la acción. Ella ni siquiera estaba segura de qué hora era, ni pretendía saberlo.

Alzó la mirada hacia el cielo, siendo por primera vez consciente de que la luna permitía que sus rayos bañaran el cielo y no el sol. Una mueca se formó en sus labios mientras pensaba en aquel manto negro que cubría todo el cielo podía ocultar del otro lado del espacio.

Un suave soplido hizo a su cabello rubio ondear en la noche, siendo apenas detectable bajo las sombras del cielo. Tenía las manos en los bolsillos de su chaqueta azul, casi negra bajo la noche, mientras frente a ella, a unos cuantos metros, el volumen a todo reventar de una fiesta provocaba ondas en el viento.

Con una mirada impasible en su rostro, Clarke observó la gran casa blanca que se encontraba en medio de la calle, rodeada por otras casas pequeñas que solo la hacían resaltar más. Aquella no era una casa cualquiera, definitivamente vivía un millonario, alguien que se ganaba la vida a costa de los demás, eso era seguro, por qué de qué otra manera podía pagar aquellos lujos, definitivamente no era un director de cine, un actor o un dj de gran renombre, simplemente era alguien que sabía hacer negocios sin importarle a quien lastimaba durante el trato.

– Estamos listos para entrar – Detrás de ella, por sobre su hombro, una vocecita la llamó con un tono firme.

– Entonces hagámoslo – Ella dijo volteándose rápidamente. El muchacho que se encontraba detrás mantenía las manos en sus bolsillos, dentro de una cazadora negra que cubría una sudadera de color gris, al menos eso es lo que ella podía ver, y una camisa negra. Él sí tenía frío. El muchacho tenía el cabello de color azabache que fácilmente se mezclaba con la oscuridad de la noche, su rostro tenía rasgos asiáticos y no era mucho más alto que ella. Él asintió cuando ella lo miró y rápidamente rodeó una minivan de color negra que estaba estacionada a unos metros de la casa.

Con los vidrios polarizados era imposible saber quién se encontraba dentro, pero ella no necesitaba mirar por una ventana para saberlo. Sentados en la minivan, con una puerta abierta para la parte trasera, se encontraban dos chicos cargando rifles.

Ella observó a los dos: un chico de cabellos negros azabache, algo corto ligeramente rizado. Vistiendo con un chaleco antibalas sobre su ropa negra, traía ropa gruesa que definitivamente no era por el frío, más bien era el uniforme que nadie del equipo utilizaba. A su lado, había una chica de cabello largo color negro que a diferencia de él su chaqueta era de cuero. La joven no tenía el cabello rizado, pero desde cierto punto tenía algún parecido con el muchacho, sobre todo en sus ojos oscuros.

– Vamos a apostar – La chica dijo con una sonrisa mientras guardaba una pequeña pistola en su bota derecha – Veinte dólares a que derribo más que ustedes dos

– ¿Bromeas? No lo lograras – El chico asiático dijo.

– Ustedes disparan como niñas – La muchacha dijo riendo mientras daba un salto de la minivan hacia el suelo – ¿Quién entra?

La chica sacudió la cabeza mientras miraba a sus compañeros discutir por una puesta como cada vez que llegaban a los lugares de encuentro con las misiones. Resopló mientras recogía una pistola y la guardaba en su vaina junto a su cinturón, antes de tomar un rifle.

– ¿Recuerdan el plan, cierto? – Preguntó ella mientras ignoraba su juego y comenzaba a caminar hacia la casa. Los tres jóvenes la siguieron antes de que junto a ella, unos hombres vestidos de negros con un chaleco antibalas que traía franjas amarillas, vestidos con cascos y micrófonos, salieran de otras minivan, todos cargados con armas y moviéndose con cautela por toda cuadra apuntando con los rifles todo lo que les rodeaba.

Oscura PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora