27| Sin dirección

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– Creo que te vendría bien un descanso – Sugirió la muchacha al ver a Clarke sentada frente al televisor mirando una maratón de dibujos animados. Normalmente Clarke odiaba ver los dibujos animados por encima de una buena película o una buena serie de acción, incluso verlos por encima de las noticias parecía un sacrilegio, pero la mañana de los días domingos era el día mundial de los dibujos animados dentro de la casa Griffin. Ella y Clarke se instaban en el sofá a ver los dibujos animados que ella quisiera, sin objeción y era todo el día básicamente. Era los momentos que más le gustaba, estar en pijama todo el día y que Clarke no estuviera pendiente de su trabajo. Pero ese día en específico no era domingo y seguramente (Madi creía) había algo mejor en la televisión con más de 900 canales que solo cartoons – y, ya sabes, conseguir otro empleo, porque vas a conseguir otro empleo, ¿verdad?

Clarke torció los labios – Uhm, probablemente.

– Ni siquiera lo habías pensado – Ella murmuró preocupada mientras Clarke reía suavemente.

– Madi, no te preocupes por eso. El dinero no es problema porque tengo reserva y el lado bueno es que estaré bastante tiempo en casa – Ella sonrió extendiendo los brazos hacia la muchacha quien vacilo antes de acurrucarse a su lado – y pasaremos más tiempo juntas. Podemos ir a acampar este fin de semana, ¿qué dices?

– Que es injusto que te despidieran.

– No me despidieron.

– Obligarte a renunciar es otra forma de decir que te despidieron – Ella gruñó recostando su cabeza en el regazo de Clarke – Eres la mejor agente, no debieron haberlo hecho

– A veces las cosas pasan y no podemos remediarlas. No te preocupes por nada más.

– Pero es injusto – Ella gruñó – Tú siempre salvas a las personas, eres una heroína no pueden echarte así como así

Clarke sacudió la cabeza – Nunca conozcas a tus héroes, Madi – Ella dijo suavemente ganándose una mirada confundida por parte de la muchacha.

– Pero también eres mi madre – Ella murmuró.

– Exacto – Clarke chasqueó los dedos – Yo soy tu madre, por tanto el héroe que tienes en tu cabeza no puede encontrarse en el mismo lugar que tu madre. Es complicado, Madi, y no lo entenderás aun si lo explico...

– Ya de por si es confuso – Ella sacudió la cabeza antes de bajarla con una mueca en los labios. Estuvieron en silencio unos minutos antes de que ella mirara nuevamente hacia arriba – ¿Qué harás ahora? Quiero decir, no puedes estar sin trabajar toda la vida, ¿verdad? ¿Dónde vas a trabajar?

Abrió la boca para poder responder, pero sacudió la cabeza mientras pensaba en la conversación con Kane. Renunciar había sido más fácil que resistirse, probablemente porque si se resistía tomarían la siguiente opción que sería haberla arrestado.

Dios.

Ella ni siquiera creía que esto le hubiera sucedido. Jamás en su vida hubiera pensado que esto sucedería, es decir... ¡DIOS! En qué mundo a ella la chantajeaban con un arresto si no renunciaba. Estúpido Arca. Siempre hacían lo que querían sin preocuparse por los demás.

– No lo sé – Ella respiró hondo, con calma y con lo que podía ser el fantasma de una sonrisa – Déjame eso a mí, ¿sí? Tú preocúpate de tus clases

La muchacha asintió, bastante molesta con el resultado de lo que había sido ese día.

Por otro lado, en los pensamientos de Clarke, las sonrisas que daba dibujando en sus rostros no eran más que una pregunta fantasma de si eran reales o mentiras.

Oscura PesadillaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora