Capítulo 11

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Me desperté por obra y gracia de mi estómago pidiendo devolver lo que había ingerido, salí de la cama en tiempo récord y me tropecé antes de llegar a la puerta, rogando no vomitar en el suelo me levanté, tomé una manta del suelo para cubrirme y fui al baño con más calma, dejé hasta el alma en el inodoro y después me lavé los dientes. Casi grité al verme al espejo, mi maquillaje estaba corrido por haber llorado, si había llorado, pero estaba ebria. Y al parecer un mapache y una zarigüeya se habían peleado en mi cabeza y yo ni cuenta me había dado.

Cuando volví a mi habitación los recuerdos me inundaron, Hero bailando conmigo, Lily, el chico que me dio la hora, Hero sonriendo porque estaba ebria, Hero ayudándome a caminar...Hero rechazándome.

Sacudí la cabeza y reprimí todo eso para enviarlo a un cajón sellado en lo más profundo de mi mente. Tomé una camiseta y unos shorts de pijama y mientras me vestía miré hacia la ventana, las cortinas seguían cerradas.

Cuando bajé a la cocina, mamá estaba preparando el almuerzo, por alguna extraña razón estaba tarareando una canción.

—Buenas tardes—la saludé sabiendo que no era temprano, según el reloj de la pared eran las dos de la tarde.

—¿Cómo estas cariño? Te escuché en el baño.

—Nada que no pueda controlar—mentí ignorando el dolor punzante en mi cabeza. Saqué el cereal de la alacena y me serví leche en un tazón para luego sentarme a comer.

—¿Qué tal la fiesta?—preguntó llevándose una cuchara de madera con salsa a la boca.

—Estuvo bien.

—¿A qué hora llegaste?

—No lo sé.

—Tu padre vendrá temprano hoy, almorzará con nosotras y luego iremos al cine.

—No quiero salir hoy mamá—dije tomando el tazón y me puse de pie para ir a comer a mi habitación.

—Mía, nunca tenemos oportunidad de salir en familia.

—Pues espero que lo disfruten, porque además de estar cansada tengo mucha tarea—mentí, ya había hecho todos los deberes de la escuela.

—Veremos que dice tu padre.

Sin responder salí de la cocina y fui a mi santuario, tomé mi laptop del escritorio y puse una serie mientras comía el cereal. Rodé los ojos cuando la puerta se abrió.

—Hola, hola—saludó Kath entrando—¿Cómo va la resaca?

—Horrible, siento que moriré.

—Exageras...¿Mamá ya te habló de los planes para hoy?

—Si, pero no iré, no quiero salir.

—Yo tampoco quiero ir, pero papá se pondrá como loco.

—Yo ya usé la excusa de la tarea, ve que inventas para salvarte de esta—me burlé sin despegar la vista de la pantalla.

—Y ¿Qué tal tu noche?—su tono sugerente me dio a entender a qué se refería.

—No debí ir a esa fiesta.

—¿Por qué? ¿Qué pasó? ¿Se portó mal contigo?

—Solo no debí ir y punto, no quiero hablar de ello—y más le valía no hacer más preguntas porque se iba a enfrentar a mi mal humor.

—Si tú lo dices...aunque no creo que haya sido tan malo—fue horrible.

Me encogí de hombros

—Veo que no estas de humor, nos vemos en el almuerzo—me dio un beso en la frente lo que me hizo sentir bastante mal, Kath no tenía la culpa.

—Kath.

THROUGH ME (Herophine)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora